Parte 1

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Información: Malec ha roto, pero no como en los libros sino cuando llevaban más tiempo y por cualquier otro motivo.

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Alec estaba destrozado después de su ruptura con Magnus y lo último que le apetecía era tener que soportar la mirada de su padre, esa que parecía decirle que se merecía ese sufrimiento, que era un castigo del mismísimo Ángel por haberse atrevido a desafiarle...

Por eso trató de esquivarlo todo el día escudándose en sus hermanos y en la sala de armas. Sin embargo, por la noche, cuando volvía de entrenar con Jace, Robert lo estaba esperando junto a la puerta de su habitación. Al ver la expresión de Robert, Jace dirigió su mano instintivamente al brazo de Alec, como si así pudiera hacer de escudo entre su parabatai y el mayor de los Lightwood. Alec dirigió su mano a la de Jace y lo apartó con suavidad mientras negaba con una tímida sonrisa en sus labios. No quería que su hermano se metiera en problemas por su culpa y, de todas formas, si Robert estaba tan decidido a hablar con Alec que incluso había ido hasta su habitación, no había nada que Jace pudiera hacer para evitarlo.

Compartiendo una última mirada con el ojiazul se dirigió a su habitación, justo enfrente de la de Alec.

-Robert-saludó con un breve movimiento de cabeza al pasar a su lado, sin embargo, tanto Robert como Alec notaron la advertencia en los ojos del rubio antes de que desapareciera tras su puerta. Podría querer a Robert como a un padre, pero cuando se trataba del bienestar de Alec, Jace era implacable sin importar a quién tuviera que enfrentarse.

-Padre, ¿querías verme?- Se apresuró a hablar Alec para no darle oportunidad a Robert de ir tras Jace para reprocharle su comportamiento.

-Sí, tengo una nueva misión para ti. Quiero verte en mi despacho en 10 minutos- y nada más acabar se dio la vuelta y se fue, no queriendo desperdiciar ni un solo segundo más con ese asunto.

Con total puntualidad Alec llamó a la puerta del despacho del Inquisidor en el Instituto de Nueva York, aún con el pelo húmedo al no haber tenido tiempo de acabar de arreglarse.

-Siéntate, Alexander- ordenó con la misma voz monótona que usaba siempre con su primogénito, que se apresuró a obedecer- Uno de los subterráneos más importantes de Nueva York ha solicitado una escolta personal al Instituto. Esa escolta serás tú- dijo las últimas palabras con una dureza innecesaria en opinión de Alec.

¿Por qué lo decía como si creyera que iba a negarse? Jamás se había negado a ir a una misión, ni siquiera cuando significaba arriesgar su vida, ¿por qué pondría pegas a una simple misión de escolta?

Estaba a punto de preguntar de quién se trataba cuando Robert se adelantó en responder.

-Debes proteger a Magnus Bane...- Alec sintió como su corazón se negaba a latir al oír el nombre del brujo, pero eso no fue nada comparado con el dolor que explotó en su pecho al oír las siguientes palabras de su padre-...y a su pareja

Alec veía que los labios de Robert seguían moviéndose, seguramente dándole detalles sobre la misión. Pero en su cabeza solo se repetían las palabras de su padre y sus ojos solo podían ver la sonrisa del mayor cuando las dijo.

-"¿Magnus Bane? ¿Su pareja?... No hace ni dos semanas que cortamos... ¿tan fácil ha sido sustituirme? Con que no era trivial eh, Magnus..."

A su último pensamiento le acompañó una risa amarga que calló a Robert. Alec aprovechó el silencio para tratar de razonar con su padre.

-Padre, ¿no podrían ocuparse de esto Jace o Isabelle? Yo...

-Tú ¿qué?, Alexander. ¿Ya ni siquiera eres capaz de cumplir una simple misión de escolta?

POR TÍ ~Malec fanficWhere stories live. Discover now