4. Perversa Mirada

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Narra: Emma Watson.

¡Pero qué hombre!

Sus ojos son tan penetrantes y autoritarios, recorían todo mi cuerpo como si me estuviera ordenando que me desnudara, pero admito que lo hizo de una forma ya sutil que casi logra convencerme. Casi.

¿Pero qué estás pensando, Emma? Solo es un idiota que se aprovecha de su atractivo físico. Reacciona.

Me intentó alejar, pero aquel hombre me sujeta la cintura con firmeza.

Su mirada es muy intimidante y la sonrisa que se forma en sus labios es totalmente perversa, tragó con dificultad al ver como muerde y relame sus labios.

Intento alejar sus manos de mi cintura, pero sólo consigo que el hombre intensifique el agarré.

- ¡Señor Hendry! ¿Está bien? - el gorila que venía conmigo sale del elevador y se aproxima a toda velocidad hasta nosotros.

Lo observó esperando a que alejé a este sujeto raro de mí, pero en lugar de eso el saca una servilleta de su bolsillo y se acerca al hombre para limpiar su camisa, pero este tal Hendry levanta una mano haciéndole una señal para que no lo toqué.

Ruedo los ojos por tener que presenciar la típica escena del empleado lame botas y el altivo jefe.

El tal señor Hendry mira su camisa un poco asombrado, como si no hubiese notado que yo lo había derramado el café encima.

Cuando por fin me suelta. Me alejó solo unos pasos conteniendo las ganas de salir corriendo.

Definitivamente quiero imponer más distancia con aquel hombre que me hacía estremecer con una simple mirada, no me dejare segar por su belleza pues hay algo raro en él.

Observó cómo se quita la chaqueta manchada y la cuelga sobre su hombro creyendo que el problema ya estaba resuelto, pero su ajustada camisa blanca también está manchada.

Aprovecho que esta distraído mirando su camisa y me alejó unos pasos, pero no logró avanzar mucho cuando el guardia se aproxima hasta donde estoy.

- ¿A dónde crees que vas niña tonta? Acabas de quemar al señor Hendry- el guardia me toma otra vez del brazo bruscamente. -lo siento mucho señor, ya mismo la sacaré de aquí- dice totalmente sumiso.

Este animal me dejará una marca en el brazo.

-¡Oiga! ¡Suélteme!- digo molesta intentando liberar mi brazo, pero el gorila me agarra con más fuerza.

-¡No la toques!- gritó el supuesto Señor Hendry haciendo que ambos nos sobresaltemos.

-Lo siento mucho Señor Hendry, no quise hacerlo, le juró que no volverá a pasar- el guardia me suelta de inmediato y continúa disculpándose una y otra vez a pesar de no obtener respuesta del señor, quien sólo lo mira con superioridad.

Maldito.

Presenciar esta escena me hizo recordar cuando mi madre trabajó de mesera en una cafetería, su jefe era un ogro, siempre le hablaba mal, le hacía trabajar mucho, además odiaba que yo estuviera allí y yo odiaba tener que verlo, pero apenas tenía 10 años y mi madre no tenía a donde dejarme después de la escuela.

Desde entonces entendí que casi todas las personas con dinero son un asco, siempre consiguen lo que desean a base del poder que le proporciona el dinero.

En este caso este hombre se aprovecha de ser el jefe para poder pisotear a sus empleados.

-Ya vete de aquí- escupió con despreció el Señor Hendry. El gorila se retira de inmediato.

Perversa Obsecion.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant