In Memory (nuevos comienzos, 365 nuevas oportunidades)

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  • Dedicado a Noe Car
                                    

El brindis se le atascó en la garganta en cuanto sus ojos procesaron la estampa que tenía en frente...

Daina, su hermana menor recién prometida, con la cabeza apoyada en el vientre de su futuro marido que estaba de pie tras la silla que ocupaba este con la mano que lucía la alianza enlazada. Beth , su prima acunando a su pequeño de apenas un mes con una deslumbrante sonrisa bobalicona en la cara ahora que lo miraba mientras su marido, Toni reía a algo que su otro cuñado le decía. Siguió la mano de ese último y tuvo que obligarse a tragar al ver el cariño con que acariciaba el abultado vientre de Marina mientras sus orgullosos tíos los miraban con los ojos brillantes.

De fondo sonaba el chiquirritín, de eso estaba segura, peor en esos momentos a su mente le costaba absorber toda la información por que los ojos se le llenaban de lagrimas, la garganta se le obstruía y aunque quería sonreír, Anaïd era incapaz.

Era una imagen preciosa, idílica pero allí faltaba tanta gente...

Apenas hacía cuarenta y ocho horas que había cruzado las puertas del tanatorio y ahora estaban allí, a punto de dar la bienvenida a un nuevo año lleno de promesas y esperanzas y ella tan sólo podía pensar en los que no estaban. Sus padres, sus abuelos, su primo, Elena...

Tantos nombres y penas que estrujaban su corazón que ya tenía el alma rota cansada y dolida de tanto llorar, de sufrir. 

Y allí, rodeada por los que quedaban de los suyos, rebosantes de vida y felicidad ella se sentía perdida, sola y agradecida al mismo tiempo, era una montaña rusa de emociones tan brusca que ni ella lo comprendía, y entonces, cuando sintió la mirada de todos posadas en ella con esa sonrisa fue incapaz de pronunciar lo que iba a soltar, ellos se merecían algo bueno, algo lleno de ilusión pese a lo que deseaba era hacer un homenaje en memoria de aquellos que esa noche no podían estar ahí físicamente abrazándolos, pero la vida era así... una colección de instantes, un retal de vivencias y recuerdos que iban sumando minutos, latidos, sonrisas y lagrimas.

Unos se preparaban para llegar y otros partían para no regresar jamás.

Se aclaró la garganta alzando la copa donde burbujeaban las doradas gotitas de cava y componiendo su mejor sonrisa que contrastaba con los diamantes que brillaban en sus ojos dejo salir la voz:

Hoy no hay deseos de feliz fin de año, ni sonrisas verdaderas salvo recuerdos para aquellos que nos han ido dejando. Pero por todos ellos es que hay que brindar y coger fuerza para seguir adelante como nos enseñaron, por todos vosotros y por los que llegan; feliz vida en este año que entra.

Tras eso, todo volvió a ser tan irreal como segundos antes, el brindis, las copas dringando, las voces coreando y el calor de los abrazos mientras en la calle resonaban los petardos y mata suegras, la música a todo volumen y los vecinos gritando por el año recién nacido.

Anaïd se sentó en la silla con un extraño frío calor en el cuerpo y contemplo a los demás hasta que fue consciente de como una lagrima surcaba su mejilla.

Daina le apretó la mano fijando sus ojos claros en los suyos y por fin sonrió con el corazón bailando dentro del pecho, era hora de empezar ese año con todas las 365 oportunidades nuevas que traía.

Bebió de su copa pidiendo un deseo y se reunió con todos para seguir con la jarana.

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2012 ⏰

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