-Astoria... Dime que no es una broma cruel...

-Idiota! Como crees que puedo bromear con algo asi!! Me crees estupida o que?? ¡Mira!- le dijo mostrándole el sobre que llevaba en las manos

El rubio observó el sobre atónito, nunca pensó que la muchacha contestara, menos aun tan rápido, sabia que se arriesgaba a no ver nunca mas a bonita o por lo menos toda una temporada porque la castaña no era fácil de convencer y esto lo sorprendía de sobremanera

-Me dormí, verdad?? Estoy soñando y es obvio que voy a ver lo q... AUCH!! Grini!! Que haces! Eso me dolió!- decía draco mientras se agarraba el sitio donde Astoria lo había pellizcado

-Ves! No estas dormido- dijo la mujer y comenzó a reír sin parar, era cómico ver a su marido asi, nunca perdía el control, nunca se comportaba como un niño asustadizo y ahora, por una carta, tenia los ojos abiertos de par en par, la mandíbula desencajada, escuchaba como latia su corazón y sentía que hasta estaba a punto de salir corriendo a esconderse detrás de su escritorio

-Tranquilo dragón de pacotilla! Si quieres la abro yo y te la leo

-Grini... No, creo que es mejor que lo haga yo...- tomo la carta, camino hasta su sillón de cuero y se sentó -Solo....-

La ex serpiente entendió, no dijo nada, solo asintió y salió del estudio del hombre cerrando las puertas para que nadie lo molestara.

Una vez solo, volvió a mirar el sobre. Luego de unos minutos tomo el abrecartas, corto la esquina de la misma y la comenzó a leer.

Draco miraba atónito lo que decía aquella carta; cada frase, cada párrafo cada mínimo detalle le recordaba lo que no hacia mucho es estuvo pensando, pero aquello le dio mas fuerzas, no era el único que sentía miedo por no ser el de antes... Leyó la ultima oración y una sonrisa atravesó su rostro

-GRINI!!!! VOY A VERLA!! ACEPTÓ!! VOLVERÉ A VERLA!! HOY!!!!- trataba el rubio mientras corría a abrazar a su mejor amiga

-Draco! Que alegría! Pero espera, cuéntame que es lo que te dijo.

El comenzó a relatarle todo lo que decía la carta y donde se iban a encontrar. La dama lo miraba obnubilada; de repente el hombre con el que estuvo casada durante 16 años volvía a tener 18: Su rostro estaba iluminado como hacia mucho no veía, su forma de expresarse, como se movía, el brillo en sus ojos y esa gran gran sonrisa de niño que solo aparecía cuando jugaba con su pequeño hijo.

-Lo que mas me asombra de todo es que lo mismo que ella dicen en su carta yo lo estuve pensando toda la noche Grini, no se... Es extraño…

-No es extraño cariño, ustedes dos siempre tuvieron una conexión especial, siempre te lo dije, muchas veces los observaba y me daba cuenta que se movían de la mismo forma aunque no estuvieran cerca uno del otro, o la forma en que siempre completaban la frase del otro o cuando hablaban al mismo tiempo o...

-Ok! Ok! Entiendo- interrumpió el rubio sintiéndose un poco avergonzado y sintiéndose un niño regañado por su madre.

En otro lugar de Londres Hermione intentaba calmarse, daba gracias a Merlín que fuese domingo y no tuviese que ir a su trabajo, porque sabia que no podría hacer nada bien ese dia. Sin ir mas lejos, cuando intento hacer el desayuno termino quemando todo y cuando quiso limpiar los platos termino rompiéndolos. Estaba muy nerviosa... Si, había visto a Draco una o dos veces pero siempre fue sin que él supiese que estaba por ahí... Ahora era diferente... Como se lo dijo en la carta, ella no era la misma... Pero necesitaba, sobre todas las cosas, verlo...

Ryu miraba a su madre desde el sillón, ella iba de aquí para allá acomodando, limpiando, volviendo a acomodar... No la había visto asi de nerviosa nunca, pensaba que a su madre nada la poia alterar, pero vaya que se equivocaba...

-Mamá- le dijo dulcemente -quieres que te haga un té? Creo que necesitas calmarte un poco...-

-Quien dice que necesito calmarme?- dijo intentando parecer calmada la castaña, pero solo logró sonar histérica

-Emmm... Yo? Mamá hace como una hora que estas desempolvando la fruta... Yo diría que algo te pasa y que estas un poquito alterada- le dijo su hijo

-Dragoncillo... Es que... Hace mucho tiempo que deje de ser una niña, hace mucho que no soy la que tu padre conoció...

-Dos cosas: Primero, no me digas dragoncillo; segundo, eres hermosa, te verá y se enamorará nuevamente y si no lo hace, es que es un idiota

-Tu siempre con tus palabras de aliento... No se que seria de mi vida sin ti amor, seria un total desastre...

Ryu le sonrió y fue a hacerle el té. Se quedaron toda la tarde hablando, contando anécdotas de sus dias en howgarts, de sus andanzas con sus tíos y de sus peleas con su padre. El muchacho la escuchaba atento cada palabra, y notaba como se convertía en una muchacha nuevamente, como resplandecía su rostro con su sonrisa y como brillaban sus ojos café con sus recuerdos. Se maravillaba al descubrir en su madre a una jovenzuela intrépida y valiente, fiel a los suyos. Se dio cuenta cuanto sufrió al perder a su padre y detesto a Lucius Malfoy como a nadie. Destruyó la vida de sus padres y eso no se lo perdonaría jamás.

Cuando menos se dieron cuenta faltaba muy poco para el encuentro, por lo que Hermione se fue a arreglar. Ryu le prometió acompañarla por lo que estaba mas relajada, aunque sus miedo seguían ahí. Luego de un vigorizante baño caliente se vistió. Se puso un vestido liviano de mangas tres cuartos color rojo, y unas balerinas del mismo color. Hacia ya mucho tiempo que usaba el cabello corto por lo que eso no era un problema, no se maquilló, prefería ir natural, el siempre dijo que no le gustaba el maquillaje y menos en ella porque no lo necesitaba, ella era hermosa aun recién levantada y con cara de dormida. Al cabo de una hora ya estaba lista. Llamo a su hijo y fueron hasta el lugar de la reunión.

Aun no es tardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora