Miedos

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Era de madrugada, Draco miraba por la ventana al sol saliente, aun intentando asimilar todo lo ocurrido el dia anterior. La carta que revivió aquel endurecido corazón estaba sobre su escritorio, la había leído mil veces desde que la abrió la mañana anterior, inspeccionando cada una de las palabras y cada letra intentando encontrar algo que le dijera que era falsa, que alguien había intentado hacerlo caer en alguna absurda broma de mal gusto, pero cada trazo sobre aquel papel era exactamente igual a lo que recordaba: la forma en la que se expresaba, como lo llamaba, hasta la forma en que dibujaba los puntos de las ies, todo era igual a como lo hacia ella...

-Merlín! Porque ahora? Porque reapareciste ahora?...- decía Draco intentando calmarse- Porque?....-

El ex serpiente comenzó a sentirse atemorizado de repente. Amaba a la castaña y deseaba mas que nada volver a verla, sentirla cerca nuevamente y no dejarla ir mas... Pero ya no tenían 18, el tiempo había pasado y ya no era el mismo muchachillo del colegio. Todo era distinto ahora, los años lo habían marcado a fuego, ya no veía rastros en su ser de aquel muchacho jovial y engreído, aquel que pensaba que podía con todo, aquel joven seguro de si mismo, que se llevaba el mundo por delante sin miedo a perder.

Se miro en el reflejo de la ventana y vio que su persona también era distinta... El joven de la piel de porcelana había desaparecido, las muchas batallas y enfrentamientos en los que había participado dejaron su marca en él. Su rostro angelical de antaño se veía ahora deformado por una cicatriz que cruzaba desde la frente atravesando su ojo derecho hasta su pómulo, resultado de un enfrentamiento a un hombre lobo, por suerte para el hombre, no perdió su ojo pero la cicatriz que quedo tuvo mucha repercusión en su ser. Ya no usaba el cabello corto, lo tenia largo como su padre, como un recordatorio de lo que no debía ser jamás. Su cuerpo no era el de secundaria, claro que se mantenía en forma ya que su trabajo se lo exigía, pero ya no era el mismo de los 18...

La verdad estaba asustado... Temía sobre todo que la muchacha al verlo no lo reconociera o peor... que lo rechazara... ese era su temor mas grande, el rechazo de la mujer que amaba... -"Merlín... que hago?? necesito saber de ella..."- temia enfrentarla y que todo fuera en vano... Que lo viera y lo rechazara...

Arriba, Astoria se despertó y vio que el lugar de su esposo seguía vacío "sigue en el estudio" pensó. Despacio fue cambiándose; hacia un tiempo que no podía moverse muy rápido, tenia muchos dolores de cabeza y si se movía demasiado rápido todo se volvía oscuro, eso le preocupaba, pero no quería preocupar a su marido así que intentaba ocultárselo lo mas que podía. Una vez que terminó de cambiarse se acercó a la ventana y miro hacia el bello amanecer, siempre pensando en sus años de juventud, aquellos años de besos a escondidas y roces intencionados, esos momentos que guardaba celosamente en su corazón para nunca olvidar a la única persona que amo en toda su vida...

De repente, algo apareció frente a sus ojos sacándola de sus cavilaciones, una figura blanca como la nieve se posó sobre la ventana donde ella se encontraba. Luego de un pequeño susto se dio cuenta de que se trataba del águila mensajera de su esposo... Y tenia algo en el pico...

La morena se acerco hasta el águila y tomo la carta que sostenía el ave, la miró y sonrió; escrito en el sobre con una letra dibujada y muy delicada se leia "para el señor Draco Malfoy". Muy entusiasmada termino de vestirse lo mas rapido que su cuerpo se lo permitio y bajo las escaleras

-Draco! Draco!!- lo llamo cuando estaba cerca de su estudio -Draco! Buenas noticias!- le dijo apoyándose en el marco de la puerta

- Que sucede Grini?? Que dices de noticias??- le contesto su marido

-Bonita regresó!! Y trajo una carta dirigida a ti!- dijo con un tono picaron

Draco se levanto bruscamente y se dirigió hasta donde se encontraba Astoria...

Aun no es tardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora