— ¡Aurora! ¡Solo somos amigos!

 — Por ahora... ¡Y se nota que os gustáis!—me suben los colores sin poder evitarlo y me tumbo de nuevo en la cama, ocultando mi cara bajo la almohada.

Las carcajadas de Aurora terminan cuando oímos el "toc toc" de la puerta. Mis padres entran sin siquiera pedir permiso.

— Aurora, es mejor que te vayas. Tenemos que hablar con Emma—dice mi padre sin molestarse en mirar a mi amiga. Algo va mal.

La chica, que hace unos segundos estaba riendo a carcajada suelta sobre mi cama, se levanta y sale de la habitación sin decir nada. Yo me recompongo en la cama.

— Emma, nos has defraudado—dice mi madre, sin más, y entonces entiendo qué es lo que ha pasado.

Flashback de la noche anterior. Snow POV.

Hoy ha sido un largo día. Estoy reventada. Solo quiero tumbarme en la cama y descansar. David y yo hemos pasado prácticamente todo el día fuera del castillo acompañando a Flora y Estéfano. Como hacía mucho tiempo que no venían por el reino tenían ganas de visitar los lugares donde David y Estéfano solían jugar de pequeños. Siempre han sido buenos amigos.

Me acerco a la ventana de mi habitación, desde donde se ve la entrada del castillo, apoyándome en ella. La imagen de Emma vuelve a venir a mi cabeza. Esta mañana Aurora nos ha dicho que se encontraba mal y cuando he intentado ir a verla ha dicho que no quiere recibir visitas. La verdad es que eso me ha impedido disfrutar plenamente de la pequeña excursión que hemos hecho.

Unos brazos rodean mi cintura desde atrás y al momento pequeño besos envuelven mi cuello. Sonrío ladeando la cabeza para dejar un pequeño beso en los labios de mi marido.

— ¿En qué piensas?—dice, apoyando su cabeza sobre mi hombro derecho.

— Ahora mismo en Emma... no me puedo creer que no quisiera verme... 

— Es normal, cariño. Ahora tiene a su mejor amiga, quien seguro que le comprende perfectamente.

— ¡Pero yo lo hago también! ¡Y somos amigas!—noto su risita cerca de mi oído.

— Snow, nuestra hija se hace mayor... es normal...—vuelve a darme besos en el cuello, cada vez más cerca del oído. Cierro los ojos, disfrutando de la sensación.

David deja mi cuello unos minutos después, haciéndome girar para quedar frente a él. Veo de reojo una figura en la puerta del castillo y me separo de mi marido, dejándole con una gesto de frustración en el rostro.

Me acerco a la ventana de nuevo y no me puedo creer lo que veo. Mi hija entrando en el castillo.

— ¿Qué pas—las palabras se quedan en el aire cuando David se coloca a mi lado y ve con sus propios ojos la respuesta a su inacabada pregunta—No puede ser. Dime que no es Emma.

— Es Emma...—susurro, aún impactada por lo que estoy viendo. David suelta un gruñido y se dirige a la puerta de la habitación, dispuesto a encarar a nuestra hija. Le detengo antes de que lo haga— Cariño, es tarde. Mañana por la mañana hablaremos seriamente con ella.

Tras dos largos suspiros mi marido asiente, dándome un pequeño beso en los labios, y nos acostamos en la cama. El cansancio hace todo lo demás.

Fin del flashback. Emma POV.

— Papá, mamá, yo... puedo explicarlo...—mi madre mira a mi padre unos segundos antes de dirigirse a mí.

The princess and the sailor (CaptainSwan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora