No es un juego, es amor

2. ¿Puedo sentarme contigo?

(Contado por Jai)

Me sonó la alarma a las 7:00, aquella alarma que tanto odiaba.

Me levanté con sueño, mucho sueño, como todas las mañanas.

Fui al baño y me di una ducha de agua fría para despejarme un poco. Salí, me enrollé una toalla en el cuerpo y fui al armario.

Me quedé contemplándolo bastante rato. ¿Qué se supone que debía ponerme para parecer una persona impopular? Yo no tenia ropa de esa...

"Va a salir mal" - pensé y suspiré.

Todo sea por el coche... - me dije a mi mismo y pedí ayuda a Luke, mi hermano gemelo.

Después de un largo tiempo probandome cosas por fin logré parecerme más o menos a alguien rarito. Desayuné con Luke y salió él primero, luego yo, guardando las distancias para que no nos relacionaran.

Al llegar al instituto podía sentir las miradas de todos encima de mi. Ya estaba acostumbrado a que me miraran todos pero no de esa forma... Iba a ser un día muy largo...

Pasé todas las clases sentandome solo, nadie quería hablar conmigo, me tiraban los libros y se reían de mi. Me daban ganas de pegarles una hostia a todos pero no, debía centrarme en mi objetivo, debía conquistar a una chica.

Pasé los dos días siguientes igual, intentando buscar a alguna chica que me aceptara por lo que soy y no por mi aspecto, pero todas huían de mi. Quizás sea el único tonto que aún cree en eso de enamorarse de la personalidad. Era el último día de la apuesta, y las clases ya habían terminado, todos se habían ido, solo quedaba yo en el instituto.

Salí al patio y me senté en un banco, mirando al horizonte. Daniel había ganado la apuesta, pero en ese momento no me importaba nada de eso, estaba mal.

Ninguna chica había sido capaz de intentar conocer al Jai impopular. Tal vez el amor verdadero, el amor que yo buscaba no existía...

Pero entonces, alguien se acercó por detrás de mi, tocó mi hombro, y con una voz dulce me dijo:

-¡Hola! ¿Puedo sentarme contigo?