Final alternativo (parte 2)

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-También me alegra verte, Poché- dijo riendo y correspondiéndole el abrazo.

Calle hundió un poco su nariz en el cabello de Poché, absorbiendo su aroma. También pudo notar las livianas ropas que vestía la chica.

-Sujétate bien.

Calle se agachó solo un poco, tomando la parte trasera de las rodillas de Poché, alzandola en el aire. La menor se aferró aún más a su cuello mientras reía. Y de esa manera la cargó hasta el interior.

Una vez en el interior de la vivienda, Marta cerró la puerta y Calle bajó a Poché.

-Hola Marta, que gusto volver a verla -saludó con esa simpatía que tanto la caracterizaba- y en cuanto a ti -dijo ahora viendo directamente al par de ojos aceituna, tratando de sonar demandante- que sea la última vez que sales en pijama con el frío que hace afuera.

Poché vestía su pijama celeste y unas pantuflas de peluche azul con formas de garra de osos. Lucía realmente tierna. La menor sonrió de manera traviesa y le mostró parte de su lengua. Calle hizo un gesto simulando estar exageradamente ofendida por la acción y seguidamente le desordenó el cabello de manera juguetona, solo un poco más de lo que ya estaba.

-Poché, ve a cambiarte de ropa -ordenó su madre.

Ella la miró con lo que parecía iba a ser el comienzo de un berrinche, pero no tuvo tiempo de hacerlo.

-Hazle caso -agregó Calle- no queremos que te enfermes. Puedes conservar las pantuflas- le guiño un ojo.

Poché sonrió como una niña pequeña y subió rápidamente las escaleras. Marta estaba encantada con Daniela. La forma en que veía a su hija con los ojos desbordantes de cariño, la forma en que se preocupaba por ella, la forma en que Poché se comportaba cuando ella estaba cerca.

-Una vida no alcanzará para agradecerte todo lo que haces por Poché -dijo ella emocionada.

-No hay nada que agradecer. Al contrario, gracias por dejarme estar con Poché.

-Se que cuidarás bien de ella.

Calle le dedicó una gran sonrisa, agradeciéndole la confianza depositada en ella. Sólo unos momentos más y Poché se encontraba bajando las escaleras, con ropa abrigada, conservando su lindo par de pantuflas.

Calle se quitó la mochila que llevaba en sus hombros y la abrió, buscando algo dentro de ella.

-Traje brownies hechos por mi mamá especialmente para tu cumpleaños -dijo mostrando un recipiente lleno de ellos.

-Los mejores de la ciudad -agregó la menor con una sonrisa.

Marta y Calle rieron por el sorpresivo comentario que parecía salido de un comercial de televisión.

No hicieron mucho durante el día, pero disfrutaban la sola compañía de la otra. Se tiraron perezosamente en el sofá a ver una vieja película, hasta que a su madre le pareció un buen momento para cortar el pastel. Entonces se sentaron las tres en la mesa de la sala. Calle al lado de Poché, y Marta frente a ellas con una cámara en mano.

-¿Podrían acercarse un poco?- pidió Marta- me encantaría tener una fotografía de ambas.

Y es que en verdad, ese momento merecía ser recordado. Poché no recibía visitas ajenas a su familia los días de su cumpleaños desde que estaba en el jardín de niños, y Calle lucía hermosa vistiendo el beanie que Poché le había obsequiado. Ellas acortaron la distancia de sus asientos.

-Sonríe -dijo Calle.

Y Poché lo hizo. Sonrió como si no existiera un mañana.

Una fotografía realmente hermosa.

La chica de los CDs | adaptación cachéWhere stories live. Discover now