Innocent -YoonTae.

Parte 3:

La tercera confusión no me la dijo él, la descubrí yo.

—Oye Hyung —me llamo HoSeok, deje de mirar lonche y lo observe—, no soy el único que ve diferente a TaeHyung, ¿verdad? —me cuestiono con una leve mueca en el rostro. Lo mire mejor y le asentí.

—¿Qué no come su almuerzo en el receso? —le comente y él asintió.

—Sí no fuera porque tú lo traes y estás aquí, no comería —menciono bajando la mirada.

Y lo sabía.

Pensé que sólo era yo él que había notado aquello, no quería admitirlo porque eso me hacía pensar que en serio aquel castaño sí me gustaba, y no me sentía digno de estar con él, pero tenía más que claro que evidentemente había notado que TaeHyung, las últimas dos semanas se había pasado evitando comer con nosotros en nuestra mesa habitual.

¿Cómo no notarlo?

Incluso lo hice el lunes de esta semana que lo invite a comer un hot dog que vendía el señor Jung a un lado de la iglesia de la plaza principal de la zona.

TaeHyung había dado sólo una que otra mordida vaga a su perro caliente, cuando antes se comía unos 5 cinco en total, pero no le tome mucha importancia porque me había mencionado que cuando había ido al salón de aquel chico, SooBin, había comido todo su almuerzo.

Ahora sospecho que no había comido ni un mordisco de nada.

La cuestión aquí era, ¿por qué?

Hoy había mencionado que se quedaría en el salón a terminar la tarea de física, que es la materia que nos toca entrando, le mencione que me podía quedar con él pero me respondió que no, que sabía que me gusta pasar el descanso afuera, que fuera y que cuando terminará regresará. No quería agobiarlo, pasábamos toda la mañana juntos, y pues como dicen, todo en exceso hace daño, así que cedí y junto a HoSeok salimos del salón y nos fuimos a comer a las mesas que había bajo la nave principal.

Cuando el receso estaba por terminar le dije a HoSeok que me adelantaría al salón, él me dijo que estaba bien, que se quedaría un poco más. Antes de irme al salón me detuve en la cafetería y compre un sándwich de queso crema, el favorito de Tae y un jugo de fresa.

Al llegar, lo vi sentado en su lugar anotando en su libreta, cuando me encontré frente a él le golpee la cabeza con el plato del sándwich llamando su atención, levanto la cabeza rápidamente y su rostro confuso se aligero al verme.

—Hyung —me sonrió.

—Te traje esto —le tendí ambas manos, en las cuales en cada una portaba las dos cosas que le compre, él las miro un tanto dudoso.

—Pero...

—Soy un buen novio, no lo desperdicies —le recalque y se dibujo una sonrisa en su rostro, dejo su lápiz en el centro en el que se unían las hojas de su libreta y tomo las cosas que le brindaba.

—Que yo sepa, no soy novio de nadie~ —me canturreo en tono molesto, por mi parte solté un suspiro y rodee los ojos mostrándome frustrado.

¿De qué crees que trata todo esto, bobo? Pregunte en mi mente. Me sorprendí al momento que sentí un beso en mi mejilla izquierda, lo mire y el castaño me sonreía de manera feliz y cómplice, yo sólo sentí mis mejillas calientes y ello basto para que bajase la mirada.

—Tienes otra confusión —no fue una pregunta, fue una afirmación, lo mire de manera seria, y la manera en la que lo dije fue igual. La sonrisa de Tae quedo de lado, pues la borro bajando la mirada.

—Hyung... —menciono como reproche.

—La tienes, ¿cuál es? —le pregunte sentándome de costado en mi banco, para mirarlo mejor.

Eh de admitir que me dolía que a medida que pasaba el tiempo las confusiones fuesen en aumento, porque podía ver sus ojitos opacarse e ir perdiendo su brillito, y eso no me gusta.

Pude observar que miraba el sándwich entre sus manos, ya lo había abierto y dado una mordida. Lo espere a que tragará y comenzará a hablar.

—Te vas a reír —me acuso y yo negué.

—No lo haré —le respondí.

—Bueno —no se resistió mucho—, hace unas semanas yo estaba feliz porque... —y ahí se detuvo, me miro y pude ver que buscaba un indicio de diversión, pero no lo había—, porque vi que mis pompis habían crecido un poquito —me confeso con su rostro apenado, aquella carita tan tierna que sólo él podía dar.

—Okay, porque has estado haciendo ejercicio, sí —le recordé y él asintió.

—Y se lo dije a papá y a mamá —me aclaro—, y en la sala en ese momento también estaba TaeYang Hyung, y él me dijo que eran por mi gordura, no por el ejercicio.

Agh, ese TaeYang, es el hermano mayor de TaeHyung, es un chico insoportable, verdaderamente. Es inteligente y saca los primeros lugares en todo, incluso sabe varios idiomas, pero sinceramente nada de ello le beneficiaba con la pésima actitud que se cargaba, un engreído total.

Para él todos eran sus súbditos y le encantaba hacer sentir menos a Tae.

—TaeHyun... —comencé.

—Y no le hice caso, juro que no, lo deje pasar —me interrumpió—, pero después me vi en el espejo y es verdad, tengo un poquito de lonjita Hyung, así que decidí ya no comer tanto, sólo las 3 comidas al día y no tanta comida —me comento.

—Es que ese no es el chiste de esto TaeHyung —le recalque de manera dura, aquello lo tomo por sorpresa, pues se detuvo en seco y me miro con los ojos bien abiertos—, sí tú estás bien con tu cuerpo no te debería importar lo que digan los demás, ¿y sabes que es lo que me molesta? Que no fuiste tú el que haya elegido esto, el que haya ido a buscar un nutriólogo para hacer una dieta, ¡tú estás bien con tu pancita! Y no fue hasta que TaeYang te lo dijo que te lo recalcaste. Tú sabes que estás bien Tae, te gusta tu cuerpo y eso basta para mandar a la mierda a todo aquel que te recrimine eso —le regañe levemente. Él bajo la mirada.

—Bueno, en realidad, yo también quiero esto.

Y no, sabía que no, que no lo quería.

Porque TaeHyung amaba comer infinidad de comida siempre, y no por mala alimentación, él hacia ejercicio y tenía buen cuerpo, no era uno escultural, pero estaba bien, él era...

—Eres perfecto así —le susurré y él me miro.

Pero no puedes cambiar una mente que ya tiene tan metida una idea.

Días después me enteré que Yang le había preguntado a mi chico sí sufría de bulimia o algo por el estilo, ya que no lo veía comer mucho.

Síp, en efecto, un completo hijo de puta.