Dispárame.

Interrogatorio decisivo.

Pensó que vería nuevamente como uno de sus agentes caía, atravesado justo frente a sus ojos. El tiempo se detuvo, siguiendo un ritmo de un corazón moribundo. Perdería todo raciocinio si algo le pasaba a Yagashaki.

- ¡QRR! ¡QRR!

Gritó Yuu, luego de reincorporarse a la persecución, esquivando las balas por centímetros. Conway apretó el acelerador y dio el permiso de disparar a matar a los prófugos. Sin embargo, se colaron por un estrecho pasadizo, obligando a los patrullas a girar.

- ¿Yuu? ¿Sigues detrás de ellos? –interrogó Volkov.

- Sí, posicionándome para realizar clave Robert. –dijo.

A todo esto, Jack había dado vuelta en la siguiente calle, y pasado dos cuadras más en paralelo con la persecución. Para cuando escuchó los disparos, vio a los prófugos volar de la motocicleta hasta caer sobre la acera de la calle frente a él. Mientras otro patrulla cerraban el lado izquierdo de la calle, Superintendente y comisario bajaron del auto, al resguardo de las puertas.

- ¡Las putas manos arriba!

Joe-B y Freddy siguieron las órdenes, reincorporándose poco a poco del golpe que habían sufrido. Después de dispararle a uno de los suyos, los policías no tuvieron piedad de ellos; de mala forma, les llevaron al patrulla.

Freddy subió al de Conway, y este apagó de inmediato la cámara del auto.

- ¡Le disparaste a mi agente, hijo de puta! –reclamó, ardiendo en furia- ¡Es un chaval que apenas está aprendiendo!

- Lo siento, ¿Si? Trate de detener a Jowy.

- ¡De ahora en más, estas solo en esta mierda! ¡Se acabó!

- ¡Tenemos un trato, Jack! –refuto el mafioso- Al menos, salva a mi gente.

Volkov, ante el silencio que supo leer, encendió la cámara nuevamente, acabando con la conversación por completo. Para Jack no había más nada que decir, su mirada fija en la carretera lo decía todo; había muchas cosas que soportaría en otros tiempos, pero de la misma forma en que evito meterse con la "familia" de Freddy, esperaba una actitud símil de su parte. Se sentía traicionado por la única persona en la que creyó que le acompañaría hasta el final.

El ruso junto a Greco se encargaron del papeleo. Al llegar, el Superintendente se desligo de ello y subió a su oficina para arreglar otros asuntos. Se sirvió un café fuerte, y coordino el protocolo que tocaba al juez en este caso. Cortó su llamada, y marcó desde su celular a un número particular.

- ¿Vuelve el perro arrepentido? –dijo la pelirroja al otro lado.

- Necesito que me escuches.

- ¿Sabes que va a pasar si ese imbécil abre la boca durante el interrogatorio?

- ¡Yo mismo entraré en la sala y le pegaré un puto tiro! ¡Pero ahora escúchame!

Su mejilla sangraba y los jeans oscuros que llevaba se habían roto entorno a la rodilla, todo debido a la caída de la motocicleta. A pesar del golpe que se habían dado, el Superintendente prohibió a sus agentes brindar la asistencia médica, tampoco podrían comer o beber durante el interrogatorio. En cuanto llegaron, y luego de un papeleo acostumbrado, los encerraron en una sala de interrogatorios. Freddy había estado, todo el tiempo que le dejaron solo, rezando para que Jowy no dijese nada sobre su trato con Conway o el escondite de la SL; pensando en la manera mágica de salvar a su amigo de esta situación.

Jack dejo en claro que no iba a mover un solo dedo por ellos y, a menos que la SL interfiriera, ambos estarían muertos para el día siguiente. Casi había muerto por culpa de Joe-B, cuando Gringo se enteró de lo que estaba pasando. En seguida hizo lo que Conway le dijo, ofreciéndole a el mafioso protección y todo aquello que quisiera en este mundo. La SL completa fue informada de lo que pasaba y ninguno de ellos se lo tomó a bien, pero dejaron que Fred explicará las cosas a detalle. Había salido corriendo cuando supo que tenían a Jowy, lo que dejaba en duda si la mafia iba a respaldarlo en estos momentos.

Fue estúpido de su parte imaginar que todo esto saldría bien para alguien.

Greco Rodríguez, el comisario del que Jack tanto le advirtió, fue el primero en presentarse en su sala. Dejo caer los papeles frente a él en la mesa y se sentó al otro lado. Estarían grabando cada segundo de la conversación, y Greco se lo hizo saber.

- Freddy Trucazo, ¿Cierto?

El prófugo asintió, bajando la mirada al informe sobre la mesa.

- Espero te muestres cooperativo, porque estaremos muchas horas aquí, Trucazo.

Como pasar un examen trascendental en su vida, tenía que responder adecuadamente cada pregunta que le hicieran. Si hablaba de más, arruinaría las vidas de terceros. Quería morir sin llevarse ese tipo de culpas a la tumba.

- Le diré lo que quiera.

Del otro lado de la pared insonorizada, Joe-B observaba con resentimiento al ruso. Los ojos celeste grisáceo desafiaban su furia con la imperturbable seriedad que caracterizaba a Volkov, apoyado en la pared y haciendo uso de sus intimidantes dos metros de altura.

- No me gustan las charlas cordiales. Pregunto y respondes, sin dar vueltas. ¿Entendido?

El criminal lo sabía, ya se conocían de un par de delitos pasados. Viktor Volkov no era amable, ni atento y mucho menos lo sería con alguien que había disparado a uno de sus compañeros de menor rango. Jowy guardo silencio, suspirando hastiado. Si este era el fin, se llevaría los secretos de toda su vida a la tumba con él. No iba a traicionar a las únicas personas que fueron su familia desde que llego a esta ciudad tan podrida.

- Tomaré eso como un sí, y tomaré como un sí cualquier pregunta que no quieras contestar –advirtió el rubio-. Comenzamos.