Goku dios destructor (Pausado Indefinidamente)

Una visita a los olímpicos.

Capítulo 3.

Después de destruir a Darkseid, Goku y Merus se dirigen al monte Olimpo a visitar a esos que autoproclaman dioses, una falta de respeto que el destructor no debía dejar pasar por alto, Goku iba a empezar a darse a conocer y sobre todo que respeten los mortales el título que este tiene como el dios de la destrucción del universo, dioses insignificantes no serían un problema para el Saiyajin, por otro lado la familia de Goku ya se había instalado en una zona despoblada de la ciudad de su nueva tierra y empezaron a convivir en esa nueva sociedad que para ellos era interesante la diversidad, las culturas, los idiomas y la historia.

Con el maestro Roshi, Goku le creó una playa como en el universo 7 idéntica en todo a Kamehouse, para que este no se sintiera extraño en un nuevo universo.

Por otro lado, Piccolo estaba revisando cada rincón del universo, buscando actividades sospechosas que causen un desequilibrio en el universo, este estaba pensando en que razas podría crear y sobre a quién tomaría como discípulo para no estar tan sólo en ese enorme planeta.

Volviendo con Goku

Este estaba cerca del monte Olimpo, haría una visita a los dioses que ahí habitan, sin embargo recibió una llamada de Piccolo.

-Oye Son, ¿Qué diablos haces tanto en el planeta 46?- preguntaba en un tono demandante el Namekiano.

-Eso es fácil mi marciano amigo, aquí en este planeta hay unos que se hacen llamar dioses y se adjudican la creación misma de la vida, por eso planeo hacerles una visita que nunca en sus miserables vidas olvidarán- decía nuestro Saiyajin favorito.

Piccolo se molesta al escuchar eso y se teletransporta junto a Goku para hacerles una visita inesperada a los olímpicos.

En el Olimpo

Zeus y los demás dioses estaban en una reunión sobre lo acontecido con Darkseid, la manera en la que fue derrotado tan fácilmente por ese sujeto los tenía preocupados, ya que Darkseid le podría poner las cosas complicadas a Zeus el más poderoso de los dioses olímpicos, pero esta reunión se vio interrumpida por un guardia.

-Mi señor, hemos detectado que 3 presencias se dirigen hacia acá y nuestras armas no les causan daño alguno, temo que en cuestión de minutos estén acá presentes- decía de forma respetuosa el guardia.

-¿ Un simple mortal se atreve a venir a la morada de los dioses e interrumpir una reunión de suma importancia?- preguntaba molesto Ares el dios de la guerra.

-Tranquilo sobrino, Mantén la calma y no pierdas la compostura, pero sobre todo no hagas algo imprudente- decía Hades el rey del inframundo.

-¿Cómo esperas que mantenga la calma tío Hades, si esto no tiene perdón de los dioses?- preguntaba de forma furiosa el dios de la guerra.

-Silencio Ares, mi hermano tiene razón, en los antiguos mitos escritos en las fauces del tártaro se decía que incluso los titanes primordiales temían la llegada del que se hacía llamar el dios destructor- decía Zeus.

Todos en ese momento se quedaron en un enorme asombro, nadie podía procesar lo revelado por su líder, al qué consideraban el más fuerte de los dioses estaba nervioso con la llegada de este tipo que se hacía llamar dios de la destrucción, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por una explosión en la puerta de la sala de reuniones del monte Olimpo.

En medio del humo se escuchó una voz firme y a la vez serena hacer una pregunta que no fue del agrado de varios de los dioses olímpicos.

-¿Así que ustedes son los mortales que se hacen llamar dioses?- pregunta Piccolo de forma seria.