—Los huevos.

—¿Los tuyos?

—No, idiota. Para el desayuno.

—¿Cuál de los dos?

—¡Los de la gallina, imbécil! —Yoongi alza la voz desesperado, pero aún así sacando una risa nasal.

Jimin empieza a reír a carcajadas, cayendo al suelo, para después tomar la caja de huevos. Estaban en el supermercado haciendo las compras.
Era divertido ir con Yoongi, al principio a Jimin le daba inseguridad, no quería que nadie supiera acerca de que tenía un híbrido, ya que, los que casi no estaban de acuerdo con su existencia, eran los de la tercera edad.

Prima, necesitas saber más sobre el híbrido que Jungkook oppa había llevado a la escuela. Abuela Min no para de estar inquieta e insistente.

—Yoongi, ¿escuchaste eso? —susurra Jimin.

—Si. Orejas de vieja chismosa, activadas. —soltó en broma, pero no tanto, pues sus orejas se pararon, haciendo que parecieran puntiagudas, puso atención a las voces femeninas del otro lado del pasillo.

—No he hablado con Jungkook desde hace mucho. —se escucha un quejido de decepción. —Ni siquiera me ha llamado para tener intimidad como lo hacíamos antes.

—Creí que tenían algo serio. —se escuchó la primera voz.

—Así era, o eso creo... pero ahora hasta me evade.

—Debes hablar con él, necesitamos información acerca de los híbridos esos. El chico nuevo también traía uno.

Jimin y Yoongi se miraron como si hubieran visto un fantasma. Demonios.

—Creo que están hablando de nosotros. —susurra Yoongi.

Jimin sólo asintió para volver a ponerle atención a las voces.

Iré al departamento de Jungkook oppa, quizá después de la plática tengamos algo, o antes. —se escuchan risas de parte de ellas.

—Oh no... ¿es lo que creo que es? —pregunta preocupado Yoongi.

—Hay que apresurarnos a comprar las cosas e ir a decirle a Jungkook.

Se pusieron de pie de nuevo y comenzaron a buscar apresuradamente lo que faltaba de la lista.

Pero Yoongi se quedó pensando... ¿abuela Min? Vaya, al parecer las 'Min' tenían un serio problema con híbridos.

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—JUNGKOOK, LA PELINEGRA E-ELLA...

—¿Qué pantuflas está pasando aquí? —pregunta con gracia Yoongi.

Sin haber tocado, habían abierto la puerta de la vivienda de los pelinegros.
Y digamos que no habían llegado en un momento adecuado.

Jungkook estaba encima de Taehyung, el cual estaba recostado en el sofá, rodeaba con sus piernas la cintura del menor y estaban abrazados dándose besos un tanto subidas de tono. Ambos traían la pijama aún, por lo que, Tae solo traía su bóxer y la playera dos veces más grande que él y Jungkook su pantalón flojo. Sus labios estaban rojos e hinchados y ambos cabellos despeinados. No había intenciones de segunda, sólo les gustaba calentarse y después bañarse con agua fría para salir a ese lugar que Jungkook le había mencionado en la mañana.

𝐆𝐚𝐭𝐢𝐭𝐨 𝐢𝐦𝐩𝐞𝐫𝐭𝐢𝐧𝐞𝐧𝐭𝐞 | 𝐉𝐉𝐊 & 𝐊𝐓𝐇Where stories live. Discover now