Mis cicatrices son profundas, e incluso caminando hoy por el camino recto, he sufrido las consecuencias de mis elecciones. Mamá me abandonó después de que le contara lo que realmente le había acontecido a papá, pero aun así permanecí en la ciudad, observándola desde lejos.
Así era como vivía, hasta hace tres meses, cuando sufrí un accidente automovilístico a causa de un fuerte dolor de cabeza. Ella fue avisada y cuando me desperté, vi su rostro bañado en lágrimas, me abrazó como cuando era un niño y no pude evitar llorar también.
Nos perdonamos allí, en ese momento; Dios sabía que iba a necesitar del apoyo y del amor de ella, fue entonces que descubrí que tenía un tumor cerebral.
(...)
Desde que me enteré de la salida de Melissa de prisión he intentado hablar con ella y he fracasado, no porque no quisiera hacer lo correcto, sino porque me da miedo que no quiera escucharme. Ya es la tercera vez que voy tras ella y la tercera vez que me acobardo.
Espero dentro del auto, y a lo lejos, pude verla acompañada de un chico, ellos iban tomados de la mano y parecían felices. Suspiro nervioso y sonrío feliz de que, al menos, uno de nosotros pueda tener una familia.
Apoyo la frente en el volante y dejo que las lágrimas salgan. No puedo aplazar más esta conversación. No tengo tanto tiempo y ella es la única que me falta por pedirle perdón.
Y aquí estoy, armándome de valor para ir hasta la chica a la que más daño le he hecho en mi vida, a pesar de correr el riesgo de ser rechazado, lo cual sería completamente comprensible.
Hago una breve oración y luego salgo del auto. Camino lentamente hacia ellos y cuando nuestras miradas se cruzan, veo que su sonrisa se desvanece. Continuo acercándome y trago en seco, todo sería más difícil de lo que imaginé.
Cuando abro la boca, ella se pronuncia primero. Su voz suena enfadada y asustada.
—¿Qué estás haciendo aquí? —busco rastros de la Melissa de hace años y no encuentro nada. Ni siquiera la postura es la misma.
—Vine a hablar contigo —hablo intentando demostrar una calma que no existe. Ella retrocede. El chico que está a su lado tiene un semblante serio y le aprieta delicadamente su mano, dándole seguridad, algo que nunca hice.
—Ya es demasiado tarde, ¿no crees? Te esperé por cinco años, cuando tu inconsecuencia hizo que me arrestaran —ella tiene los ojos llorosos y el chico alterna la mirada entre los dos. Siento un nudo en la garganta, sin embargo lo oculto, necesito tener una postura de hombre, al menos ahora.
—Lo siento mucho —bajo la cabeza porque siento una punzada.
—¿Lo sientes mucho? —grita. Melissa parecía trastornada. Dios mío, ¿qué he hecho con esta chica? Siento otra punzada, pero la ignoro. Levanto la cabeza y observo su rostro bañado en lágrimas—. Pasaste años en libertad, viviendo tu vida, mientras yo pagaba por lo que hiciste. No puedo perdonarte. No, ahora.
Sale corriendo y el chico le grita, ella ni siquiera mira hacia atrás. Él desiste de ir tras ella y se gira hacia mí.
—¿Quién es usted? —él parece confundido con todo. Su semblante serio se ha tornado en preocupación.
—El ex novio de ella —contuve el llanto de nuevo.
—¿Por qué ha vuelto? —él parecía preocupado de que aún sintiéramos algo el uno por el otro. Nunca amé a Melissa, tal vez lo creí en algún momento, pero no fue amor. Ella estaba atrapada conmigo y eso fue todo.
—Necesitaba pedirle perdón —no pude contener el llanto, sentí que las lágrimas corrían por mis mejillas—. Le hice un gran daño y no podía vivir con esa culpa para siempre —sentí un mareo y busqué apoyo, el chico me ayudó y me senté en un pequeño muro. Él me miró preocupado.
—¡Está pálido! ¿Qué le pasa? —no pude responder, mi cabeza parecía que iba a explotar. Me dolió tanto que grité. Parecía que fuese a explotar.
Le vi coger el teléfono para llamar a urgencias. Pero antes logré agarrar su muñeca para llamar su atención.
Necesitaba decirle que Melissa no tenía la culpa. Necesitaba contarle quien era el responsable. Sentí al Espíritu Santo incomodándome.
Me miró fijamente y recordé la mirada del hombre que maté. Eran intensos como los del chico que tenía delante.
—Necesito que me escuches, necesito contarte todo lo que hice. No fue culpa de Melissa —cuando mencioné el nombre de ella, soltó el teléfono —¿Cómo te llamas? —pregunté mientras intentaba organizar mis pensamientos, necesitaba hablar de todo lo que hice y con ese dolor no podía.
—Juan Lucas. Por favor, dígame lo qué hizo —estaba aprensivo.
—Ella todavía no te ha contado, ¿verdad? No quería ser yo el que lo hiciera, pero no puedo callar —Lucas estaba atento a todo lo que salía de mi boca. Respiré profundamente y el dolor se calmó un poco—. Cuando éramos novios, me involucré con las drogas, llegué al punto de robar y una de esas noches Melissa vino por mí. Intentó detenerme, pero disparé el arma dos veces a las víctimas. Maté a una pareja y hui, dejando que ella cargara con la culpa de algo que no hizo. El hombre que maté, tenía los mismos ojos que tú.
Juan Lucas enjugó la lágrima solitaria que tenía en el rostro y fijó sus ojos en mí.
—¿Hace cuánto tiempo fue eso? —sus ojos transparentaban dolor.
—Hace cinco años. En una calle poco transitada —el nudo en mi garganta me impidió continuar.
—Mis padres... —se arrodilló a mi lado y lloró, haciéndome llorar también, fue entonces cuando volví a sentir aquel dolor insoportable. Volví a gritar y Juan Lucas, aún sufriendo por lo que dije, llamó a emergencias. Intenté pedirle perdón, pero el dolor me lo impidió.
"Padre mío, sé cómo me he equivocado y he perdido el tiempo buscando en otros rincones lo que sólo he encontrado en Ti, pero te pido, Señor, que me permitas pedir perdón a ellos dos. Todo lo que quiero es ir a vivir a tu lado sin dejar heridas abiertas aquí en la tierra. En el poderoso nombre de tu hijo Jesús, ¡amén!"
Después de mi oración, todo lo que recuerdo es el sonido de las sirenas. Después, sólo la oscuridad. Parecía que viajaba a otro lugar, donde todo irradiaba paz.
YOU ARE READING
Un Largo Viaje
RomanceTraducción de la historia en portugués titulada: "Uma Longa Jornada". Autora: Janiele Gomes. La vida de Melissa dio un giro cuando fue condenada por algo que no cometió. Después de cinco años, ella recibe su libertad y decide reemprender su vida, lo...
Capítulo 13
Start from the beginning
