Bizarre [JaeYong]

d i e c i n u e v e

—¿No hay manera de que reduzcan la deuda?

—Me ofrecieron regresar el brazalete, pero no puedo hacerlo.

—Te daré el dinero para pagarlo.

—No.

—Claro que sí. Yo lo perdí.

—Yo te lo regalé.

—Y yo lo perdí—repitió con obviedad.

—Aunque lo tuvieras no te lo pediría.

—YoonOh, déjame ayudarte a pagarlo.

—No. No te lo conté para que me ayudaras.

—Al menos déjame prestarte algo de dinero.

—No. Veré como pagarlo.

—YoonOh, por favor.

—No, TaeYong—esbozó una sonrisa—. Soy un hombre adulto—rio—. Ya veré como resolverlo.

TaeYong asintió con una sonrisa ladina y comenzó morder sus uñas.

—¿No hay demasiado silencio? —YoonOh miró hacia la puerta de la cocina.

TaeYong salió de su pequeño trance y se levantó corriendo. Cuando llegó a la sala, no podía creerlo.

Jeno estaba dormido en el sofá junto a RenJun, JaeMin estaba dormido en el suelo y DongHyuck estaba comiendo helado mientras veía la televisión en silencio.

—Tal vez debería llamar a Kun para que venga por Yuqi y los niños—susurró.

—Puedes llevarlos mientras yo me quedo con ellos—señaló a los pequeños dormidos.

—¿De verdad?

YoonOh asintió.

TaeYong agradeció con una enorme sonrisa y subió en busca de los pequeños chinos para llevarlos a casa.

Bajaron tranquilamente y la pequeña Yuqi de detuvo para despedirse correctamente de YoonOh.

—Hasta luego—musitó con una sonrisa nerviosa y corrió un poco para alcanzar a sus amigos.

YoonOh se sentó en el sofá con cuidado para no despertar a los niños y solo intercambio sonrisas con el pequeño de tez canela.

Jeno despertó poco a poco y al incorporarse y ver a YoonOh, se levantó y caminó hasta él.

—¿Dónde está papi?

—Llevó a los amigos de Jun a casa.

El pelinegro lo abrazó por el cuello y descansó su rostro en su pecho.

YoonOh por acto reflejo acarició su melena negra y aprovechó el momento para hacerle un par de preguntas.

—¿Quién te dijo que tu papi y yo éramos novios? —siguió peinando su cabello delicadamente.

Esa duda se había plantado en su cabeza desde que lo escuchó. Se supone que TaeYong quería tomarlo con calma, así que dudaba que les hubiera contado a sus hijos.

—Nadie, pero una vez mi tío Johnny me dijo que los novios se ven bonito y que son felices cuando ven al otro—bostezó— y que también son felices, aunque solo escuchen sus nombres.

—¿Ajá...? —se alejó un poco para ver su rostro.

—Papi lo ve bonito, está feliz cuando viene y se emociona cuando le habla por teléfono o cuando yo digo algo de usted. Cuando mi tío Johnny dice su nombre, papi se emociona así—rio de oreja a oreja exageradamente "imitando" a su padre.