d i e c i n u e v e

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—¡Papi, mira quién lo trajo! —gritó eufórico.

—Será mejor que vaya o mi hijo romperá sus cuerdas vocales.

El castaño iba a quedarse en la cocina para comenzar a preparar las palomitas, pero tenía curiosidad por quién emocionaba a Jeno de esa manera.

Gran error. Debió quedarse en la cocina.

—¡¿Hyung?!

—Yang... Yang—palideció.

—¿Conoces al primo de RenJun? —el mayor susurró.

—Es amigo de SungChan—dijo con un hilo de voz.

—¿Qué haces aquí, hyung?

—Trabajamos juntos—se apresuró a decir el mayor, pero su hijo fue mucho más veloz.

—¡Son novios!

Todos lo miraron sorprendidos.

—¿Novios? Hyung... eres... ¿la palabra que empieza con "g"? —miró cuidadosamente a los niños.

—¿Podemos hablar...?

El medio chino asintió y siguió a su hyung hasta la cocina.

—¿El señor Lee era la chica linda a la que te le declaraste en Navidad?

YoonOh asintió.

—Pues sí es muy lindo.

—No puedes decirle a nadie de esto, Yang.

—Soy pésimo guardando secretos.

—Lo sé, pero necesito que lo intentes.

—¿Por qué? No creo que te deshereden por ser gay.

—No es eso lo que me preocupa.

—¿Entonces?

—TaeYong es el padre biológico de SungChan—susurró.

—¡Mierda! —cubrió su boca—. No me puedes pedir que guarde un secreto como este.

—¿No entiendes lo delicado que es?

—¿Es tu sugar daddy?

YoonOh rodó los ojos.

—Perdón, hyung—miró al suelo avergonzado.

—Te lo suplico, YangYang. No se lo digas a nadie.

—Lo intentaré con todas mis fuerzas solo porque te aprecio mucho, hyung.

YoonOh agradeció y salieron de la cocina.

—¿Cree que pueda llevarlo a casa? —preguntó el chino mirando a su primo.

—Sí, claro. Solo llama a tus tíos para que estén enterados.

—Muchas gracias, señor Lee. Ahora sí podré ir a casa de mi amigo Chan.

YoonOh volvió a la cocina en silencio con los nervios de punta. YangYang podría contar el secreto en cualquier momento.

TaeYong entró a la cocina y sintió culpa por lo que había dicho su hijo.

—¿Y los granos de maíz?

El mayor los buscó en la despensa, le dio el bote lleno y se quedó cerca de él.

—Niégalo todo.

—¿Qué?

—Diles que viniste a ver a los niños porque te preocupaban después de lo de Yeri—se encogió de hombros—. Diles que Jeno miente.

Bizarre [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora