𝟐𝟏 | 𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐓𝐎𝐒.

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— El collar tenía algo, el que le dió Tommy — anuncia Esme, mirando al suelo.

— ¿Culpas a mi hermano?

— No, no lo culpo, solo digo que el collar que le dió tenía algo. Ella y su madre misma lo dijeron — susurra.

— ¿Por qué tendría algo? No tendría sentido, quieren sacar excusas de donde no las hay — responde Linda, molesta.

— Ellos están malditos, alguien puso un hechizo sobre ellos — ignoró Esme.

— ¿Malditos? No digas tonterías, simplemente no están hechos para estar juntos — gruñe Lizzie.

— Tú solo metes eso porque ya no te puedes tirar a Tommy. Ya acepta que nunca te quiso — escupe Ada, mirándola mal.

— Malditos o no, destinados a ser o no, por el momento no hay que agobiarlos más. Mira lo que le acaba de pasar a su esposa, por favor.

Todos callaron nuevamente y miraron a los Rowen, quienes parecían una llave abierta.
Mientras que los Shelby eran una familia numerosa, los Rowen eran solo ellos tres.

Meredith sabía que su hija estaría bien, pero al igual que Esme, estaba completamente segura de que el collar tenía algo que ver con lo que le había pasado a Pearl.

— Se veía raro, tenía una pesadez tan  rara — susurraba abrazada de su esposo.

— Lo que pasó ya está hecho, cariño. Cálmate, ella estará bien; mañana la llevaremos con tu madre — asintió. —. No te preocupes, ella está bien, te lo prometo.

— ¿Familia de Pearl Rowen?

La primera persona en saltar fue Tommy, diciendo por primera vez: "soy su esposo", de una manera que nunca imaginó.
El doctor habló con él por algunos minutos, ciertamente nervioso, pero el ojiazul largó un suspiro y agradeció varias veces al médico.

— Thomas, ¿qué dijo? — preguntó Douglas al instante.

— Dijo que ella estaba bien, que no sabía cómo sus órganos estaban perfectos — suspiró mirando a Meredith. —. Me dijo que fue algo milagroso, nunca antes lo había visto — asintió. —. Lo importante es que está bien — sonrió duramente.

— Es un alivio — susurró la madre. —. Thomas, si no te molesta, nos gustaría llevarla mañana con su abuela, es una persona muy especial para Pearl, curará cualquier cosa que su herida vaya a dejar y además, a ella le encantaría que la conocieras.

— Si para ella es importante, también lo es para mi — responde suspirando. —. Lo siento mucho, yo... no sabemos quién dejó entrar al hombre, quién se distrajo o lo que sea que haya pasado. En cuanto lo sepamos, no duden en que los cortaré — dice apenado.

— Cuando nosotros nos casamos asesinaron a mi madre, así que... sabemos que estas cosas pueden pasar — susurró Douglas.

— Siento oír eso — susurró bajando la cabeza. —. La piedra negra que llevaba en el dedo corazón, ¿para la protección dijo que era? — pregunta arrugando los ojos.

— Así es, es la mejor piedra de protección que se pueda usar — aclara firmemente.

— Me encuentro en un dilema, porque de cierto modo siento que yo atraje esa mala suerte hacia ella y ese zafiro, debí haberla escuchado pero... la piedra negra, estoy seguro que fue lo que la salvó de morir, además de que está literalmente intacta por dentro — asiente. —. Gracias, por hacerla usarlo — finalizó.

𝙮𝙤𝙪𝙧 𝙢𝙖𝙟𝙚𝙨𝙩𝙮 ; thomas shelby Where stories live. Discover now