55.Ya no importa

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Miércoles 06 de Febrero del 2019

Violetta
Después de que Ethan se fuera, procedí a listarme para ir a clases, me puse un pantalón de mezclilla con una blusa de manga larga color gris, me acerque al espejo y me vi, no pude evitar recordar a la niña que era, a la pequeña que tenía tanto miedo de enfrentar al mundo, que tenía mucho temor de lo hubiera fuera de sus cuatro paredes que la rodeaban.

Sonrío al recordar todo lo que he pasado, todo lo que me ha dado fortaleza y de dónde estoy ahora.

Nadie, absolutamente me derribará, no ahora que tengo que dar todo por él.

Alexander, ni Fátima serán capaces de quitarme lo que más aprecio, no lo permitiré.

Tomo el labial coral y los deslizo por mis labios, me pongo unas sobras de suaves grises, me veo al espejo y sonrío.

Es una sonrisa sincera, una sonrisa que nunca se podrá comparar a las de antes, cuando me miraba siempre estaba neutra, triste, frustrada o trataba de sonreír y fallaba.

Pero ahora todo es diferente, realmente me siento feliz.

Voy a mi armario y saco unas zapatillas de plataforma corales que combinan con mi diadema.

Cuando salgo de mi habitación para dirigirme hacia la cocina me encuentro con Jazmín quién tras de ella viene una persona con un gran arreglo de rosas amarillas, fácilmente podrían ser más de cincuenta. Jazmín deja pasar primero a la persona a su habitación mientras mira atentamente la caja amarilla que yace en sus manos, la mira con cariño, con anhelo, con dolor y con tristeza.

El chico al salir de la habitación hace un leve asentimiento para luego retirarse.

Ahora que lo recuerdo hoy es su cumpleaños ¡Mierda!

No tengo nada preparado.

—Feliz cumpleaños Jazmín—suelto acercándome a ella quién me recibe con los brazos abiertos.

—Gracias por acordarte Violetta—susurra.

—Te debo tu regalo, perdóname.

—No te preocupes, siendo sincera, yo... nunca he recibido muchos regalos en mi cumpleaños—su mirada se encuentra con la mía a lo que ella baja la cabeza—ya sabes, mis padres no han estado conmigo, mis tíos solo me aceptaron por la cantidad que mi madre les dio a cambio de cuidarme, no lo digo para desahogarme, solo lo digo para aclarar que no estoy acostumbrada a recibir regalos en mi cumpleaños o festejarlo, lo veo normal.

—Antes de que sucedieran los problemas ¿Tus padres no te lo festejaban? —pregunto a lo que ella levanta la mirada y niega.

—Siempre supe que me amaban, pero el trabajo nunca los dejaba vivir realmente. Una vez le dije a mis padres que no trabajarán tan duro, que quería que me vieran, que fueran a los eventos de la escuela o que pasarán por lo menos un día conmigo cada mes, ellos lo pensaron e iban a cambiar pero sucedió el fraude y todo se fue a la ruina.

Estaba por decir algo cuando de repente aparece Kenia viendo a los lados cuidadosamente.

— ¿Se han despertado? —pregunta a lo que niego y ella sonríe—perfecto ¿Cuál es su habitación? —pregunta emocionada, y no tardo en señalar la habitación del castaño—Bingo, ahora todo déjamelo a mí.

Está por irse Kenia cuando sus ojos llegan a Jazmín y le sonríe. Hasta ahora me doy cuenta que trae un bolsa negra.

—Tú no viste nada ¿Ok?

—Okay...—suelta insegura Jazmín, lo que hace que Kenia bufe.

—Repite "yo no vi nada" —suelta Kenia lentamente para que Jazmín lo capte lo que me saca una pequeña risa.

DANZA DE MÁSCARAS (RR #1)©️जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें