40. Tristeza absoluta.

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Fue interrumpida por los labios de el, ella lo empujó, empezó a llorar como si no hubiese un mañana.

-¡Esto no está bien!- grita, la respiración de el comenzó a hacerse más pesada.

Se acercó a ella para tomarla del cuello, comenzó a estrujarlo impidiendo que ella pudiese respirar.

-Danielle, seguirás siendo mía- soltó una carcajada.

Quito su agarre haciendo que ella agarrara aire rápidamente.

-Eres un enfermo- escupió ella sin poder creer.

Este carcajeó.

-¡Yo tampoco sabía la mierda de nuestros padres cuando decidí enamorarme de ti!- habla fuerte que podía retumbar en cada rincón de la mansión- parece que eres la única con sentimiento aquí.

-Guarde todos mis malditos sentimientos por ti, para tratar de ayudar lo imbecil que te hizo ese tipo, soportando millones de mierdas alrededor de mi- sus palabras quemaban mientras salían de su boca- dependo emocionalmente de ti, y ocupe esta mierda para darme cuenta.

Louis se quedó callando con lo que había dicho ella, sin duda alguna el no amaba a nadie, solo pensaba a hacerlo pero no podía ver más que su propia bienestar, era un imbecil que solo se aprovechaba de la oveja más torpe. Amaba que las chicas estuvieran tras el, su alter ego era su verdadera personalidad, estaba mal todo lo que hacía, y destruía por completo la vida de las chicas que intentaba salir con el.

Danielle McQuiad fue una presa fácil, pero una chica que amaba ponerse por atrás de las demás personas, así fue como Louis la prefería ella antes que a otra, ya que ella ponía toda su atención en el.

-Hay que dejar pasar esto, Danielle- la tomó de las manos- solo somos nosotros dos y nadie más.

Ella negó mientras sus lágrimas salían de su rostro.

-Está vez no, Lou- acarició el rostro de el- no puedo vivir con esto, me doy asco de tan siquiera pensarlo.

El semblante de Louis cambio, un escalofrío paso por el cuerpo de la chica, en un abrir y cerrar de ojos estaba en el piso, mientras su labio sangraba. No podía creer lo que acababa de hacer Louis, no lloro, solo lo miraba asustada.

-Amor, perdón, no se que pensé- intento ayudarla a levantarse pero ella lo esquivó- perdón amor, perdón, perdón, perdón.

La aferró a su pecho, era la primera vez que Danielle podía ver a Louis como el era.
Los pescados capitales eran pocos para los que el chico necesitaría condena, el era el fuego del mismo infierno.

-No puedo creerlo- las piezas del corazón de la chica ya no existían.

Su corazón estaba roto pero ya no existía alguna cura para poder ayudarlo, pobre pequeña solo quería ser amada y que le enseñaran el mundo, pero la persona incorrecta se lo enseñó.

-No fue mi intención hacerlo- pedía perdón, mientras ella solo estaba seria.

Su mundo se acaba, no podía creer lo que había pasado en un solo día, amaba a Louis y odiaba hacerlo, solo dolor le había traído ese chico.

-¿Por que me hiciste esto Louis?- pregunta con su voz temblorosa, el la mira a los ojos.

-¿hacer que?- dice fingiendo no saber.

-Sabias que podías hacerme pedazos, aún así me coqueteabas cada segundo, sabias que no había tenido ni una sola pareja y tu quisiste dañarme- muerde sus labios para aguantarse el dolor.

-Danielle, tu lo sabías desde un principio, jamás fui la mejor persona- la tomó del rostro- tu quisiste estar conmigo, jamás te oblige.

Tenía razón, Louis tenía toda la maldita razón.

Devon, un pueblo donde la gente era algo extraña, donde podías enamorarte de la persona equivocado, descubrir la historia de tu vida, o tan solo otro pueblo más en un diferente país.

El chico acarició a Danielle por la cintura, los ojos de ambos estaban totalmente rojos e hinchados de tanto llorar, su nariz tenía marcas con sangre seca, ella tenía su labio hinchado y sangrante.

-Pensé que las relaciones como nosotros sólo pasaban en las películas- río Louis, ella bajo su cabeza, no podía verlo- te amo, y nada va a cambiar este sentimiento que tengo por ti.

La beso, los labios de los dos no se querían separar, era como la sal en el mar. Ella lo amaba, el se había acostumbrado a ella, sin saber la verdad generaron muchos sentimientos juntos.

-Vete por favor- susurro la chica mientras miraba al piso.

Louis asintió, se levantó soltó la cintura de la menor, le dio un último vistazo para decir.

-Ahora entiendes porque lo estaba ocultando...

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Okay, ya tengo el final, estoy pensando
muy seriamente en subirlo aaaaa.

Enséñame a vivir (Louis Partridge)Where stories live. Discover now