—No por mucho tiempo —aseguró, levantando una botella que había traído de dentro de la casa—. Una ofrenda para ustedes, espero que me hagan sentir orgulloso y mañana no recuerden nada de lo que pasó hoy —dijo medio en broma, medio en serio.

—"No por mucho tiempo" —repitió Sky, adoptando un tono agudo y sumamente molesto—. Ni creas que tu estrellita es fácil, vas a tener que esforzarte de verdad —algunos de los chicos que estaban ahí comenzaron a reírse y otros se unieron a la pulla. Molestar a Nico era de los pasatiempos favoritos del grupo, por lo que no lo dejarían marcharse en un buen rato.

Donovan se rio un poco y se sumó al grupo de personas que se burlaban aquel eterno enamorado.






James se la estaba pasando relativamente bien en la dichosa fiesta. Al principio estaba un poco escéptico, pero el ambiente era bueno y los amigos de Vincent eran simpáticos. El grupo había permanecido desde que llegó una esquina de la sala, donde estaban bebiendo y conversando. Todos eran amables, la charla era amena y la música agradable.

Habría sido más perfecto sin Vincent no le hubiera dicho a uno de sus amigos que él estaba interesado en ligar esa noche. Así el chico, cuyo nombre no recordaba, no habría pasado casi toda la fiesta haciéndole plática y tocando de manera disimulada su rodilla. Y sobre todo, si no hubiese visto a través de la ventana a la pareja de la hamburguesería hablando con otro grupito cerca de la piscina.

Bien, esto último en realidad no tenía razón de ser, porque el incidente no había sido su culpa, pero encontrarse de frente con personas que lo vieron ser humillado traía de regreso los sentimientos de impotencia que tuvo en ese momento, así que no había podido borrar cierto rastro de incomodidad dentro de él.

James tuvo que reírse con nerviosismo cuando el amigo de Vincent comenzó a presumir los músculos de sus brazos y todo mundo pareció compincharse para obligarlo a tocarlos. No era que apreciar un cuerpo bien trabajado fuera malo, pero habría preferido que fuera en circunstancias diferentes. Por ejemplo, no tenía problemas con ver a Jason Momoa a través de una pantalla, pero aquel muchacho estaba un poco bebido y también invadía de vez en cuando su espacio personal. Eso no le gustaba.

Cuando regresaran a casa iba a hablar seriamente con Vincent.

—¿Qué tal? ¿Te gusta mi amigo? Es guapo ¿No? —Aprovechando un momento en el que se levantaron a tomar algunas bebidas, Vincent lo interceptó cerca de la puerta que daba hacia la piscina para preguntarle por la situación—. Estoy seguro de que es justo tu tipo —agregó, muy orgulloso de sí mismo.

James negó con la cabeza, preguntándose cómo era que su amigo podía ser tan tonto y hacer un desastre de todas sus buenas intenciones.

—No creo que Johnny Bravo sea exactamente mi tipo —se quejó, viendo cómo a lo lejos, algunos miembros del grupo convencían al susodicho para que se quitara la camisa.

—Oh, vamos es un bien tipo —se quejó, queriendo cruzarse de brazos, pero sin poder hacerlo porque llevaba una botella en una mano y una cubeta de hielo en la otra. Nadie estaba muy seguro de cómo, pero la reserva de alcohol parecía ser infinita. Quizás tuviera que ver con que algunos chicos no paraban de salir a comprar desde hacía una hora.

Seguro que no tenían idea de por qué su alcohol se acababa tan rápido.

—Sí, es un buen tipo —aceptó—. Sólo que no creo que sea mi estilo —agregó, mientras observaba al muchacho sin camisa, quien dejaba que todo el mundo le tocara las abdominales—. Es un poco creído.

El destino de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora