-¿No me estás mintiendo cuatro ojos? Porque te juro que si lo estás no sé qué haré contigo- dijo ella amenazante con una sonrisa.

-No miento- tomé su mano y la bese -Por favor confía en mí de nuevo, ¿si?

-Harry yo- no la dejé hablar, la tome de sus mejillas jalándola hacia mi y la bese, fue un beso tierno y lento ella me lo correspondió. Sus labios suaves haciéndome revolotear los sentimientos y acelerándomela al contacto.

Si ella no me daba esta segunda oportunidad no sé qué haría yo con este vuelco de emociones que sentia cuando la besaba o siquiera la miraba. Nos separamos y ambos sonreímos. Joder, extrañaba eso, de verdad.

-Te daré otra oportunidad, Potter, más te vale no fallarme- me apuntó con su dedo como advertencia.

Sonreí de oreja a oreja y le di un pequeño beso en sus labios, no podía contener mi propia alegría ante su respuesta.

-Bueno ya termina de comer o la comida se te enfriara- exclame dejándola comer.

Empecé a caminar alrededor de su habitación viendo todos los libros que tenía, la mayoría eran de romance, me sorprendía, ella no es la chica más cursi del mundo pero aún así lee este montón de libros. Vi un álbum, parecía de fotos así que lo abrí.

-¿Estos son tus padres?- le pregunté acercándome a ella y apoyando mi cabeza de su hombro para ver las fotografías.

-Si, es mi mamá- respondió ella mientras miraba el álbum en mis manos -Mi abuelo no me habla mucho de ella, solo de mi padre, me decía que era muy bueno en el Quidditch, era parte del equipo de Gryffindor como golpeador- un brillo desprendía de los ojos de ella, sabía cómo se sentía.

-Te entiendo, mi padre igual jugó en el mismo equipo, puede que hasta hayan sido amigos- le dije sonriendo.

Al cabo de unos minutos terminó de comer y puso los platos a un lado. Me dio un almohadaso en la cara tomándome de sorpresa.

-Gracias por la comida, Potter, eres un encanto- dijo esto último con sarcasmo en su voz mientras reía.

-No sé qué forma de mostrar agradecimiento es esa pero- le di un almohadaso de la misma manera que ella a mi -De nada- terminé mi frase.

Empezamos una guerra de almohadas hasta que ella me pego tan fuerte que me hizo caer de la cama y se inclinó en la orilla viéndome en el piso mientras se reía a carcajadas, la muy descarada.

-¿Estás bien?- preguntó mientras no paraba de burlarse de mi.

La jale de la camisa de su pijama haciéndola caer sobre mi y en un movimiento rápido yo era el que estaba arriba.

-¿Así que esto es divertido? Le daré verdaderos motivos para reírse, señorita- tome sus muñecas y puse sus brazos por arriba de su cabeza y empecé a hacerle cosquillas.

-Para, para, ¡PARA!- se reía pero a la vez estaba enojada.

-¿Te enojaste?- pregunté mientras dejaba mi acción.

-No vuelvas a hacerme cosquillas, Potter o la próxima vez te cortare los dedos- me amenazó riéndose.

-Ya lo veremos- solté y la bese, ella siguió mi acción y empezamos con un beso suave pero luego empecé a aumentar la intensidad, solté sus manos de mi agarre y ella me tomo de la nuca. Fue muy rápido el proceso, de estar riéndonos pasamos a estarnos besando como si no hubiera un mañana en el suelo, pero yo me quejaba, en lo absoluto.

Arqueó un poco su espalda, así que poco a poco metí mis manos por debajo de la delgada tela de su blusa, pasando de arriba abajo suavemente mis dedos por su espalda. Sentí como mi cuerpo se iba llenado de calor y como la piel de ella se erizaba al roce y a medida que nos seguíamos besando. Ella empezó a desabotonar mi camisa dejando una pequeña parte de mi pecho descubierta, ella toco mi piel con su pequeña mano mientras la otra la tenía en mi cabello despeinándolo.

Mariposas negras +18 (Editando)Where stories live. Discover now