Debo Entender

3. Visita

Minho se estaba volviendo loco.

No podia esperar un día más sin ir al cementerio donde Jisung estaba descansando en paz. Al inicio cuando Jisung recién había fallecido, Minho tenía la costumbre de comprar un ramo de sus flores favoritas y llevárselo a su lápida... pero había dejado de hacerlo ya que no tenía ánimos ni siquiera de levantarse de su cama.

Minho tenia aproximadamente un mes sin salir a ningún lado y sus días solo se basaban en recordar a Jisung y ver una y otra vez todos los regalos que su chico le dio, simplemente él aún no podía superar su muerte y estaba seguro que nunca lo haría. 

Todos le decían que buscará a alguien más y disfrutara de su juventud, pero lamentablemente Minho ha tenido el mal hábito de ser un terco y estaba harto de explicar que nunca podrá dejar ir a Jisung porque se había ganado su corazón por completo y no buscaría a alguien más para deshacerse de la primera persona que consiguió enamorarlo profundamente y que además fue su primer amor.

Minho se vistió con sus mejores prendas y salió de casa en medio de la noche. Comenzó su camino mientras le daba play a una canción que últimamente había estado escuchando mucho.
Only in My Dreams — The Marias.

Antes de llegar a su destino, se dio una vuelta a su florería favorita y compró un ramo de tulipanes ya que eran las flores preferidas de Jisung.

No le tomo mucho tiempo llegar al cementerio ya que estaba cerca de su apartamento, pero extrañamente estaba abierto... cómo si alguien hubiese entrado y se haya olvidado de cerrar el portón, sin contar que tampoco había nadie a su alrededor y el lugar estaba un tanto descuidado.

Para Minho, era una decepción porque Jisung merecía descansar en otro cementerio donde cuiden mejor de el y este en mejores condiciones.

Minho se adentró al lugar y el ambiente era muy tranquilo, de alguna forma, le trasmitia tranquilidad. Explorando el lugar se encontro con la lápida de Jisung y no pudo evitar partirse en llanto. Se sentó en la fría tierra del cementerio y empezó a hablar con la tumba.

— Hoy he venido a visitarte ¡y te he traído tus flores favoritas! Trataré de venir más seguido para hacerte compañía y veas que no me he olvidado de ti, nunca lo haré y prometo siempre tenerte presente en mi día a día. Lamento no cuidarte adecuadamente y ahora estoy pagando las consecuencias, te amo demasiado pequeño.