One Shot's [Sonic x Fem. Reader]

A Temporary Goodbye

[Un adiós temporal]

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—Y la pregunta es, ¿Knuckles te hallo a ti o tú a él? —levantaste los hombros con nerviosismo.

Sabias bien esa respuesta, pero no podías decirle al zorrito de 2 colas que te encontraste con el equidna en la basura.

¿Qué hacía allí?

Ni idea.

—E-Esa pregunta creo que jamás tendrá respuesta Tails —le respondiste mientras carcajeabas un poco con incomodidad pero gracia al mismo tiempo, el zorrito solo te sonrió con una mueca confundida.

Luego de unos minutos, observaste la hora, ya es muy tarde, tenias que irte.

El zorrito notó tú mirada y entristeció un poco la suya, bajando sus orejas con la mirada al suelo.

—¿Ya tienes que irte? —le asentiste mientras suspirabas.

—Seee, tengo varias cosas que arreglar en mi cuidad, además que tengo asuntos pendientes con mi familia —el zorro alejó por breves instantes su mirada en tristeza y tomó tú mano en forma de saludo, te sonrió dulcemente, confundiéndote por su repentina actitud, pero sonrojándote por lo jodidamente tierno que era.

—Espero que puedas visitarnos alguna vez _____, nos alegraría saber que estas y te va bien —endulzaste la mirada y con la mano aún sosteniendo la suya, lo jalaste hacia ti, abrazándolo de sorpresa.

El Kitsune chilló un poco por el contacto, pero al final cedió, sonrió entre el hueco de tú cuello y correspondió.

Te separaste y le revolviste el flequillo del pelo.

—Te aseguro que vendré de vez en cuando, es una promesa —eso alegro al zorro y sonrió con gratitud.

Alguien de la habitación de al lado gritó el nombre de Tails, tal vez sea Silver, el zorro negó con diversión, imaginando que habrán quebrado ahora.

—Bueno, tengo que irme, ¡espero que muy pronto nos volvamos a ver! —le asentiste mientras te despedías con la mano, bajaste un poco la cabeza y miraste la pantalla principal, ignorando a los demás que platicaban de manera tranquila.

Suspiraste finalmente en alivio al ver todos los sitios recuperados de las garras de Eggman.

Enserio habían ganado, y ella aún no podía creer que contribuyó a la lucha.

Knuckles estaba en una esquina platicando con los Chaotix, te atreviste a acercarte y palmearle el hombro para atribuir su atención, algo que funcionó.

Cuando él te miró le mencionaste toda la situación, el rojizo abrió la boca con impresión y un poco de tristeza.

—¿Qué? ¿Ya te vas? —le asentiste afirmativamente— ¡Pero hay más gente que necesita de tú ayuda! —Knuckles reclamó, suspiraste y te pasaste una mano por la nuca.