PARTE 01

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Deteniendo el auto en el lugar de entrada, Young Bae frunció el ceño mientras veía la puerta principal de la casa abierta. No se suponía que lo estuviera. Su mejor amigo era más precavido que eso.

Apresurándose a salir se acercó a la entrada. La tarde había caído y dentro no había mucha iluminación, por lo que, se mantuvo silencioso mientras recorría la propiedad. No es que pudiese detener a alguien que hubiese entrado a robar, pero algo se le ocurría si fuese el caso. Intentando no hacer ruido, siguió caminando mientras notaba alguno que otro objeto tirado el piso, hecho añicos.

No podía pensar en nada más que, definitivamente alguien había entrado. Su mejor amigo, Seung Hyun, no había estado respondiendo los mensajes ni las llamadas en los últimos dos días. No es que fuese demasiado raro, en ocasiones eso ocurría cuando el mayor decidía que se tomaría el fin de semana para pasarlo con su esposo, sin embargo, siempre avisaba antes.

Llegando hasta la habitación principal, empujó lentamente la puerta y entró, revisando su entorno, encontrando todo en el interior deshecho. Las sábanas estaban tiradas a un lado, los espejos estaban rotos, los objetos personales estaban esparcidos alrededor e incluso había un par de botellas de vino vacías tiradas en la alfombra. Profundizando el ceño, se inclinó hasta recoger un portarretratos con el cristal roto. La fotografía mostraba a la feliz pareja el día en que habían compartido votos. No había sido nada legal, sino más bien una pequeña ceremonia simbólica.

Ese día había sido uno de los días más importantes en la vida de su mejor amigo. Recordaba la sonrisa boba y la mirada soñadora que Seung Hyun había tenido en ese entonces. Él y Ji Yong habían jurado entre sí mantenerse juntos durante el resto de sus vidas. Y lo habían estado cumpliendo.

El tenue sonido de un gimoteo lo sacó de sus pensamientos. Arrojando el marco sobre la cama, anduvo hasta la habitación contigua, el baño. Empujando la puerta, frunció el ceño al encontrar a su mejor amigo tirado en el piso, boca abajo. Alarmado, se apresuró a levantarlo, acunándolo en su pecho.

No podía creer lo que estaba viendo. El pelinegro parecía tan demacrado, pálido, con pronunciadas ojeras y con un descuidado rastrojo de barba. Tenía los parpados hinchados y la nariz enrojecida, además de que parecía no haberse aseado en absoluto.

Sin siquiera detenerse a considerarlo, lo levantó del piso y los arrastró hasta la ducha. Consiguió abrir el grifo y apenas bastaron un par de segundos para que el pelinegro comenzara a retorcerse, tratando de apartarse.

Intentó llamarlo mientras palmeaba su mejilla y le retiraba el empapado cabello de la frente. Vio detenidamente cómo el mayor se sacudía, centrando su atención él mientras algo oscuro se removía tras su mirada y las lágrimas le empañaban los ojos. Sin decir una sola palabra, no se resistió cuando el mayor escondió su rostro en el hueco de su cuello y cavó con los dedos entre sus empapadas prendas.

No terminando de entender, simplemente se acurrucó alrededor del pelinegro mientras hundía sus dedos entre las hebras de oscuro cabello. Confundido más allá de lo razonable, simplemente cerró los ojos mientras escuchaba cómo el otro sollozaba. En verdad, nunca había presenciado algo como eso. Era como si un aura siniestra y desolada se aferrara al aire que ambos respiraban. Parecía como si en verdad algo tuviese la suficiente fuerza como para robarles el más mínimo atisbo de esperanza y felicidad.

Ni siquiera supo en qué momento comenzó a mecerse, llevando consigo al mayor, quien simplemente se dedicó a lloriquear entre sus brazos hasta que todo lo que pudo escuchar fueron simples gimoteos, y después un ligero ronquido.

Con cuidado, consiguió alzarse, llevando consigo a Seung Hyun, quién se mantuvo laxo entre sus brazos mientras era llevado hasta la habitación. Estando allí, se permitió cambiarle la ropa mojada y después meterlo en la cama. Aún con los ojos cerrados, su expresión parecía tortuosa, como si nada estuviese bien.

SOMBRAS DEL PASADOWhere stories live. Discover now