El equipo caminó hacia uno de los amplios campos de entrenamiento. Un edificio de estructura circular, rodeado de torres y banderines blancos, que a los ojos de Eleonora se veía totalmente diferente al sitio donde peleó contra la jovencita de antes. Al entrar les esperaba un corto pasillo de piedra, que daba camino a un campo de césped rodeado por la pared de la estructura. Antes de poder dar un paso más al centro del campo, una aura blanquecina les impide el paso. Una voz desconocida, casi como la de un anunciador, resonó en la entrada:

''Bienvenidos al campo de prácticas N°3 de Seldrum. Hay un equipo en espera a batallar. ¿Desean unirse?''

—¡Sí! —exclama la rubia entusiasmada.

     La voz anunciadora no parecía responder, hasta que unos segundos después el aura se abrió paso, dejándoles pasar a los tres. La elfa ve aquello como una extraña tecnología de la que nunca había conocido. Después de todo, el mundo de Arium era cultural y tecnológicamente diverso. 

—Eso fue...

—Interesante, cuánto menos —interrumpe el humano, acomodando su fedora y pasando primero entre el aura.

     En marcha, el grupo encuentra un puesto de armas para la practica frente al campo. En la parte superior colgaban virotes, flechas y bombas pequeñas, mientras que en la mesada habían algunas espadas, arcos, ballestas y demás. La elfa se acerca a las bombas, las cuales parecen ser de humo, y aprovecha en guardarse algunas.

—Todas se ven en muy buen estado, creo que tomaré algunas de estas.

—Yo así estoy bien —aclara la rubia en una sonrisa.

—Vamos. Hoy tengo ganas de probar las cosas de mi bolsa —dice Rumshum con una sonrisa traviesa.

—¿Esas cosas que no me dejaste ver el otro día? —inquiere Cian frunciendo el ceño.

     El humano asiente y es entonces que le enseña el interior de aquella bolsa de tela oscura: un gorro de extraña procedencia y dos virotes junto a un frasco de líquido verde.

—¿Qué tiene eso de especial? 

—Los virotes no son simples virotes —le responde él cerrando su bolsa, escondiéndola— en su punta de metal tienen anestesia capaz de dormir los músculos de cualquier animal al contacto con la sangre, y por ende, de cualquier ser viviente. El líquido es la anestesia, así que puedo usarlo más de una vez —dejando escapar una risotada—. A esto lo llamo: estrategia eficiente.

—Hmm...¿y el gorro?

—Eso es sorpresa. Ya verás, rubia.

     En cuanto el equipo se acerca al centro del campo, frente a ellos les esperan cuatro personas: dos altos muchachos de prendas simples, uno de estatura baja con armadura de plata y una niña. Eleonora la reconoce, puesto que era la misma con la que había practicado antes. La jovencita también la ve, y sonríe atemorizada. 

—Tengo una estrategia —susurra Rumshum agrupándose con las chicas y sacando sus virotes nuevos—. Yo voy contra la niña y la inmovilizo. Rubia, tú te quedas atrás y nos curas. Elfa, distraes a los dos altos hasta que tengamos ventaja numérica. Si concentramos el daño podremos terminar con esto más fácil y rápido.

—Bueno...suena bien, puedo hacerlo —asiente Cian dando unos pasos hacia atrás, posicionándose.

—Tratemos de no dejar a nadie con secuelas graves —espeta Eleonora, señalando los virotes.

     El equipo de chicos y la niña se colocan por igual en posición de batalla. Un pitido comienza a sonar, y al tercer sonido, la batalla parece dar inicio.

—Voy a disfrutar esto —dice el humano en una sonrisa.

     Rumshum es el primero en correr en dirección a la niña, y apuntando su ballesta, dispara hacia la niña. Sin embargo, la misma se apresura en levantar su espada y cubrirse con ella, haciendo que el virote rebote y caiga clavado en el césped. Mientras, dos de los tres muchachos corren hacia ellos.

Fuerzas Opuestas.Where stories live. Discover now