Trun Me Into a Cat - Huening Kai

III -Stay-

—Búscalo— Ordené. Mi amigo subió las escaleras de dos en dos, en busca del felino.

—Oye, no podemos ayudarte si no me dices cuál es tu nombre real, ¿comprendes?— Dije mirando al desconocido.

Él asintió con la misma timidez y temor que antes.

—¿Cómo te llamas?—

—Bola de pelos.—

—¡Arin!— Llamó la rubia desde el pasillo —¿Puedo quedarme a dormir hoy?—

—Ni siquiera sé para qué me preguntas.—

—Dijo que sí— Habló Rosé por el teléfono, avisando a sus padres. 

Rodé mis ojos y mi estrés estaba aumentando.—Deja de jugar, ¿quieres? ¿Cómo te llamas?—

—... Bo-Bola de pelos.—

—¡Bien! Bola de pelos— Dije, algo enojada. Terminé de vendarlo y le puse el gancho para que no se deshaga el vendaje. 

Me recargue en mi silla, juntando mis manos —¿Estás perdido?—

El chico negó varias veces, teniendo toda su atención en su mano. Acercó esta a su nariz y comenzó a olerla. ¿Qué le sucede?

—Así que no estás perdido...— Él volvió a negar. Su cabello se movía a la par que el negaba, viéndose a mi parecer, tierno.

—¡Arin! ¡No encuentro al gato!—

—¡Sigue buscando!—

—¡Pero ya busqué!—

—¡Si voy y lo encuentro vas a ver, Jungkook!—

—¡Eh, eh, digo, me faltó tu cuatro! ¡No vengas que ahorita lo encuentro!— Suspiré, con mi paciencia al tope.

—¡Arin!—

—¡¿Qué quieres?!— Pregunté, estresada.

—Preguntan mis padres si tienes compromisos— Dijo, después de acercó y me susurró. —Ya sabes cómo son... Tú diles que no.—

—No, no tengo— Rosé había acercado a mi su teléfono para que los mayores escucharan mis palabras. Mi amiga me sonrió y volvió a desaparecer por el pasillo.

—¡Arin!— Gritó Jeon.

—¡¿Qué fregados quieres?!—

—¡Me rindo! ¡Parece que se te escapó tu mascota!—

—¡Te falta acá abajo, animal!—

—¡Ah, si es cierto!—

—Si no estás perdido, ¿cómo entraste?— Él abultó un poco sus mejillas, parecía pensar y pensar.

—Bu-Bueno, es que t-tú-—

—¡No lo veo!— Volvió a gritar Jungkook, sin necesidad de hacerlo ya que estaba al lado mío.

—¡Deja de interrumpir! Madre santísima...— «Ya, Choi Arin, respira. Uno, dos, tres...» pensé.

—¡Volveré arriba!— Dijo Jeon, subiendo de nuevo. No pasó ni medio segundo que mi amigo subió cuando escuché algo caerse.

—¿Qué rayos hace Jungkook arriba?— Preguntó Rosé entrando a la cocina. Me levanté de golpe, furiosa. Él castaño saltó en su lugar y abrazó su mano.