XI

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Dinastía Joseon

Año 1592

Wang Kihyun

—Joven Wang, el eunuco Byun lo está esperando afuera del pabellón —Le comunicó Kyungsoo, Kihyun había estado toda la mañana sentado sobre las cobijas en donde dormía, seguía pensando en Hyunwoo y en lo que le había dicho el día anterior.

"Tú serías una de esas pinturas"

Las palabras seguían repitiéndose una y otra vez en su cabeza, no estaba arrepentido de haberlas dicho pero después de eso no podía evitar seguir pensando en el mayor. ¿Por qué Hyunwoo tenía que ser de esa manera?, ¿Por qué tenía que ser tan lindo, amable, carismático, guapo, inocente, algo torpe pero imponente, fuerte, valiente y protector? ¿Por qué no podía ser como su padre? De otra forma no podría evitar querer cuidarlo y protegerlo, estar a su lado y asegurarse de que estuviera bien. Si fuera igual que su padre podría odiarlo e irse lejos de aquel lugar para siempre, sin preocuparse por la guerra ni por él. Pero las cosas no eran así, Hyunwoo no era así y lo agradecía profundamente, era totalmente diferente a su padre pero estaba seguro de que era igual a su madre. Si su madre estuviera viva las cosas hubieran sido diferentes para su dinastía, pero entonces tal vez nunca se hubieran conocido y si él tuviera que escoger alguna buena razón para estar aquí, la única razón que escogería sería Hyunwoo. El castaño era la única razón por la que seguía en el palacio, la única razón por la que pelearía y últimamente estaba pensando que era su única razón para vivir, porque, ¿qué tenía fuera de ese lugar y lejos del mayor?. No tiene absolutamente nada. Sus padres murieron, su dinastía fue derrotada, no es príncipe heredero y no lo será nunca más, si lo vemos de esa manera, lo único bueno que Kihyun tiene en su vida es Hyunwoo; podría escucharse exagerado, teniendo en cuenta que tiene 1 año y meses de conocerlo, pero fue el tiempo suficiente para que Hyunwoo lograra entrar de esa forma a su vida y a su corazón.

Kihyun sacudió su cabeza, tratando de despejar su mente antes de levantarse y salir del pabellón, el eunuco Byun se acercó a él en cuanto salió.

—Hyunwoo quiere verte en la biblioteca del palacio, requiere de tu ayuda para acomodar unos libros —habló Baekhyun cuando ya se había acercado lo suficiente. Kihyun hizo una reverencia e intento irse hacia el lugar que le había dicho, sin embargo, Byun lo tomó del brazo sutilmente para que no se fuera—. Yo... no sé lo que está pasando entre tú y Hyunwoo y no tengo que saberlo, pero me hago una idea —murmuró—. Sé que no debería de meterme, pero él me importa. Cuando todo esto acabe tú te irás y ¿qué hará él cuando eso pase?, no quiero verlo mal, así que deberías alejarte de él antes de que esto salga mal —Baekhyun volteó a verlo cuando termino de hablar, Kihyun estaba sorprendido de todo lo que le había dicho, se quedó callado un momento antes de zafarse del agarre.

—Gracias por la preocupación, pero tienes razón, no deberías meterte —contestó, tratando de no sonar tan áspero, hizo una reverencia nuevamente y se fue hacia la biblioteca.

¿Por qué el eunuco Byun le había dicho todo eso?, entendía que fuera cercano a Hyunwoo pero eso no le daba derecho a decirle que se alejara, además, ¿qué daño podía hacerle él a Hyunwoo?, no podía ni quería causarle ningún daño al mayor, simplemente lo quería así como también quería estar cerca de él, ¿qué problema había en eso?, era puro y simple amor. Porque sí, Kihyun ya había pensado mucho en los sentimientos que lo invadían desde hace tiempo y necesitaba comenzar a aceptarlos.

Cuando entro a la biblioteca se quedó parado en la entrada, el lugar era grande y desde la puerta no lograba localizar al príncipe heredero, así que camino hacia donde estaban los libreros y fue ahí donde lo vio, estaba en uno de los pasillos, dándole la espalda y leyendo uno de los muchos libros que se encontraban ahí.

—Hyunwoo —Lo llamó Kihyun, el castaño volteó al instante y le dedicó una sonrisa, dejó el libro donde estaba y se acercó a él.

—Ayúdame a acomodar los libros que se encuentran en aquella mesa, yo estaré acomodando los de este pasillo porque no están en orden —Le pidió el mayor, sin dejar de sonreírle. Kihyun simplemente asintió y se acercó a la mesa que le había indicado, podía notar que Hyunwoo se encontraba más contento de lo normal y aunque se le hizo un poco raro, no le desagradaba para nada.

Estuvieron acomodando los libros durante un rato, de repente conversaban un poco y luego se volvían a quedar callados, pero no era un silencio que los incomodara, sabían que estaban en compañía del otro y eso era suficiente, no tenían que hablar todo el tiempo. Kihyun se percató de varias miradas furtivas que el mayor realizaba hacia él, pero solo se reía y seguía acomodando los libros. De vez en cuando él también miraba al mayor creyendo que no se daba cuenta, sin embargo, Hyunwoo estaba al tanto de todas esas miradas.

Al observar el librero en donde estaba acomodando los libros, Kihyun se dio cuenta de que había uno que no debería de estar ahí. Maldijo en voz baja cuando se percató de que estaba en uno de los estantes más altos, pero su estatura no podía frenarlo, tenía que poner ese libro en su lugar, así que comenzó a ponerse de puntillas mientras estiraba el brazo lo más que podía, sus dedos llegaban a tocar el lomo del libro pero no podía tomarlo por completo. Estaba comenzando a cansarse pero no podía darse por vencido, no se iría de la biblioteca sin haber puesto ese libro en su lugar. Siguió intentando durante unos cuantos minutos más hasta que sintió una presión en su lado derecho, pudo ver una gran mano tomando el libro y fue entonces cuando decidió voltear, se tensó por completo cuando vio a Hyunwoo parado a su lado. Su cuerpo estaba pegado al de él y su cara estaba muy cerca de la suya. El castaño lo tomó de los hombros y lo volteó, dejándolo con la espalda pegada en el librero y posicionándose delante de él, estaban muy cerca y los nervios de Kihyun comenzaron a surgir al instante.

—Hyun-Hyunwoo... —tartamudeo, sin obtener respuesta del contrario.

El mayor seguía viendo su rostro con fascinación y detalle, como si quisiera asegurarse de que todo quedara guardado en su mente para siempre. Desde sus ojos que brillaban con nerviosismo y un profundo anhelo, hasta los lunares que se encontraban esparcidos por todo su rostro. Hyunwoo elevó la mano que tenía desocupada, poniéndola sobre la mejilla de Kihyun y dando leves caricias con su pulgar, sonrió al notar el tierno color carmín que apareció casi al instante en los cachetes del menor y siguió acariciándolo por unos cuantos segundos más antes de retirar su mano para poder abrazarlo.

— ¿Algún día podre ser una de esas pinturas, Kihyun-ah?

Kihyun se quedó atónito por la pregunta recién hecha, ¿podría Hyunwoo ser una de esas pinturas algún día? No lo sabía, mentiría si dijera que sí, pero esperaba con todo su corazón que así fuera.

Sohee, quien se encontraba viendo la escena a unos cuantos metros esperaba todo lo contrario y no se quedaría mucho tiempo callada, no podía darse el lujo de perder la única oportunidad que tenía de pertenecer a la familia real, haría todo lo que fuera necesario para que la boda se realizara y para que su prometido no se le fuera de las manos, incluso si eso incluía hablar con el rey.

𝑬𝒗𝒆𝒏 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒍𝒊𝒇𝒆 ✧ s.ʜ.ᴡ ﹢ ʏ.ᴋ.ʜUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum