Cascadas de lágrimas caen por mi rosto… aprieto mis ojos y le pido a Dios que Andrew no haya hecho una locura. Corro por el teléfono inalámbrico y llamo a mi mamá.

—Mamá… —digo desesperada—. Andrew.

Casi no puedo hablar soy un lío de lágrimas y sollozos.

—¿Qué pasó hija? Es la 1 de la mañana.

—Mami… llama a su casa, necesito saber que está bien.

—¿De qué hablas hija? Cálmate.

Me calmo un poco y le leo las últimas líneas del correo que me mando Andrew. Comienzo a llorar de nuevo.

—Ya lo voy a llamar amorcito, él tiene que estar bien. —dice mi mama al borde del llanto.

Termina la llamada y sé que enseguida empieza a llamar a la casa de Andrew.

Llamo a Daniel.

—Daniel, no voy a poder ir a la primera clase de hoy… surgió un problema familiar y estoy muy preocupada. —digo sorbiendo las lágrimas.

—¿Qué pasó? —dice con tono preocupado.

—Mi hermano mayor, me mando un correo un poco suicida y tengo miedo de que haya hecho algo malo. —vuelvo a llorar.

—¡Todo estará bien, Shay! Avísame cualquier cosa. —Hace el sonido de un beso y corta la llamada.

La espera de noticias me está quemando por dentro. Intento llamar al número que se me dé memoria de Andrew.

Repica 5 veces y contestan.

—¿Qué quieres? —dice Andrew arrastrando las palabras.

—¿Andrew, estás bien? —digo preocupada.

—Shannon… ¿Qué hice para merecer esto? 

—¿Dónde estás?

—En Mango's.

—Voy a llamar a mi papá para que te busque. 

—Ven tú por mí. 

—Estoy a miles de kilómetros.

—Si no eres tú, que nadie venga por mí.

Corto la llamada y llamo a mi papá.

—Hola papi. Ya contacte con Andy, está en Mango’s totalmente borracho… ¿Puedes ir a buscarlo?

—Claro que si mi amor, y lo vamos a traer para acá… allá solo en su casa debe deprimirse.

—Sí… llévenlo a mi cuarto, ahí va a estar cómodo… ¿Crees que debería irme? Estar con él, yo sé que me necesita mucho papi.

—No hija, mejor quédate allá construye tu vida y cuando puedas ahí si vuelves.

—Gracias por cuidarlo papá… los amo.

***

2 años y medio después…

Tengo todo lo que alguna vez soñé, vida, salud, un novio maravilloso y estudio lo que amo. Pero cuando me imaginaba a los 20 años, me veía compartiendo todo con Andrew como solía ser, el destino decidió otra cosa. No hablo con él hace 2 años, luego de que su mamá por fin despertara del coma mantuvimos el contacto por alrededor de 6 meses, luego nos alejamos. Mi mamá me dijo que él está saliendo con una chica y que parece enamorado, espero que sí… lo mejor de la vida se lo deseo a él porque de verdad que lo merece.

Estoy un tanto nerviosa, voy en un avión camino a casa… no sé si Andrew va a estar allá y que va a pasar cuando nos veamos. Daniel viene conmigo, me pidió que fuera su novia hace 2 años cuando me llevo a su casa para conocer a sus padres, él parece muy serio conmigo, tal como yo lo soy con él… tengo el presentimiento de que quiere pedirme que me case con él, pero nunca lo hace. A veces creo que va a decirme que puedo llevar mis cosas a su casa y quedarme todo el tiempo que quiera, pero no lo hace. Daniel me pregunto por mi vida sexual, le respondí que era virgen, no quería explicar todo, me preguntó si esperaba a la persona correcta o quería llegar virgen al matrimonio, le dije que ambas. Él perdió su virginidad a los 15 años, cuando pasó el verano con sus abuelos en un pueblo a las afueras del país, con una vecina de 14 años que ya no era virgen. Hablamos de esto porque es lo que las parejas hacen y más si van tan serios como nosotros.

El piloto anuncia que vamos a aterrizar en cualquier momento, Daniel toma mi mano, no le gusta cuando los aviones aterrizan. Cuando el descenso comienza, mi estómago empieza a subir a mi garganta y todo lo que he comido en el día se siente de nuevo en mi boca.

—Toma. —dice Daniel dándome una bolsa de mareos que proporciona el avión.

Deposito el contenido de mi boca en la bolsa.

—¿Estás mejor? —pregunta Daniel preocupado.

—Sí, debe ser el jetlag o algo así. Necesito dormir un poco.

Sonríe un poco aliviado pero no creyendo del todo.

Bajamos del avión y entramos al aeropuerto, tomamos el equipaje y salimos a tomar un taxi.

—A la Hacienda del Valle, por favor. —le digo al taxista.

—En seguida. —Encuentra mi mirada en el retrovisor y me sonríe.

Nos toma 45 minutos llegar, él trafico está muy pesado.

Nos bajamos de auto y vamos a la puerta de mi casa, se siente bien y a la vez extraño volver a este lugar.

Mi mamá abre la puerta.

—¡SHANNON! —Grita y me abraza.

Luego de casi 3 años sin sentir sus abrazos me quiebro y lloro como un bebé a la que le hicieron daño.

—Te extrañe tanto, mami. —me abraza fuerte y me doy cuenta que estoy en casa.

Ninguna video llamada se compara al calor que tienen los brazos de mi mamá. Nos separamos luego de unos minutos y abrazo a mi padre que está detrás de ella.

—Mamá, papá este es Daniel… ya lo habían visto pero aquí está en persona.

Mi mamá cree que yo conocí a Daniel en la universidad y no es tan falso después de todo, si le digo como lo conocí me corta en picadillo, ella odia que hable con gente extraña por muy buena que parezca.

Entramos a la casa y en la barra de la cocina me encuentro a Andrew sentado.

—Hola. —dice un poco tímido.

Sus ojos tienen círculos negros debajo de ellos, sus mejillas están pegadas a sus huesos y su cabello está cortado casi por completo.

Extiendo mis brazos y corro a él en un abrazo. Me recoge en sus brazos con cuidado mientras apoya su frente en mi hombro.

—Te extrañé tanto.

Y yo a ti. Digo en mi mente, nadie necesita escuchar eso.

Mejores AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora