CAPITULO 1

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Toda lágrima tiene un origen, y las de James no son la excepción. Solo dos palabras: Edward (también conocido como Teddy) Lupin. El metamorfomago que para los ojos de su familia, era su hermano. Pero en realidad, era su novio. Una breve explicación de cómo surgió el amor entre estos dos: Se llevaban por 5 años, James era el primer hijo de la pareja Potter. Ellos llevaban a Teddy día por medio sin falta a la Madriguera y todos los fin de semana iban con su abuela Andrómeda. Cuando nació el bebe Potter, el se juro que lo cuidaría siempre. Pero nunca imagino, que cuando el creciera, el ya no tan bebe Potter, sería quien lo cuidaría de las pesadillas que le provocaba la luna llena. (Porque si, Teddy le temía mucho a la luna) Con el pasar de los años. Teddy no lo veía como a un hermano, y James tampoco. En el quinto año de James, en las vacaciones de navidad, ambos se quedaron abajo conversando cuando ya todos se habían ido a dormir. Ya se había hecho tarde, ambos subieron a la habitación que compartían, y bajo sus cabezas apareció un muérdago. Ninguno de los dos dijo nada, Teddy tomo entre sus manos la cara de James, y James se puso de puntitas afirmándose de la cintura de Teddy, y se besaron. Luego de eso, no dijeron nada, cada uno se fue a su cama. Pero antes de que James volviera a Hogwarts Teddy le confesó sus sentimientos y James hizo lo mismo. Así se fue desarrollando esta historia de amor secreto.

Ahora James había salido de Hogwarts ese mismo año y seguía con Teddy. Pero últimamente las cosas habían cambiado.

Teddy se había vuelto muy amigo de Victorie, tanto así, que prácticamente pasaba más tiempo con ella que con James. El Potter mayor, era muy inseguro, pero aparentaba lo contrario. Debía cumplir con muchas expectativas: era el primer hijo del famoso salvador del mundo mágico, llevaba el nombre de su abuelo quién fue un digno Gryffindor y el del padrino de su padre, unas personas con fama e historia como los mejores bromistas de su época. Su abuelo y padre habían sido los mejores jugadores de Hogwarts en sus años al igual que su madre, entre mil cosas más.

Su mayor miedo era no estar a la altura de estas expectativas, pero con los años aprendió a encontrar fortaleza dentro de él mismo. Pero la situación que estaba viviendo ahora no lo ayudaba. Se sentía débil e impotente. Antes había sentido celos, pero esto era otro nivel, esto le quemaba, le perforaba el alma sentirse así. El veía a Victorie, y ella era perfecta de pies a cabeza. Su rubio cabello lacio, sus perfectos ojos azules, sus facciones delicadas, y su perfecto cuerpo.

Mientras que él: tenía el mismo cabello azabache indomable de su padre, los ojos chocolate de su madre, y la verdad es que tenía un buen cuerpo gracias al Quidditch, pero para James esto no era suficiente.

Ahora en la habitación que seguía compartiendo con Teddy, estaba acostado en su cama mirando el techo. Se levanto, se sentó frente al espejo y comenzó a mirarse.

-No estoy tan mal, algo debió haber visto en mi Teddy- se decía.

-¿Acaso no lo ves? ¿O lo ignoras a propósito? Nunca serás suficiente para nadie, eres muy poco para Teddy, y él es mucho para ti- le dijo su reflejo. James negó con la cabeza.

-Mentira, porque si fuera así, Teddy no se habría fijado en mí- aseguro. Su reflejo soltó una risa amarga.

-Si serás bruto, es obvio que sale contigo para reírse en tu cara- a James se le comenzaron a llenar los ojos de lagrimas, se tapo las orejas moviendo la cabeza.

-no, el no es así, no me haría algo así. El es una buena persona y jamás le haría daño a alguien apropósito.

-Sabes que tengo razón. Comenzó a salir contigo para entretenerse con alguien, te vio tan débil y se aprovecho de ti. Te ha visto la cara desde hace dos años completos, y dime, ¿Por qué crees que ya no te besa ni te hace nada? Porque le das asco, mírate, en ti no hay nada atractivo. Le causas repulsión y ahora está saliendo con Victorie que obviamente es mejor que tu. Eres un niño a su lado- las crueles palabras del reflejo, hacían eco en la cabeza de James.

-No, él me ama y mucho.

-¿Quién en su sano juicio te amaría? Te faltan curvas, te faltan facciones finas y labios suaves. Te sobra estupidez, y aún no maduras. Deberías practicar más tus movimientos, eres muy brusco.

-No debo cambiar nada, estoy bien tal cual, soy perfecto como soy- James lloraba, intentaba no creer lo que su reflejo le decía, pero en el fondo sabía que en algo estaba fallando.

-Eres imperfecto, eres un pedazo de plastilina que se deja moldear al gusto de los demás. No sabes quién eres porque dejas que te manipulen de lo lindo, no tienes personalidad propia porque todo lo que dices y como actúas lo haces pensando en que dirán los demás.-

James se levantó, se apoyo en la puerta aún mirándose en el espejo y cayó al piso conteniendo las ganas de gritar. Los sentimientos le golpearon de forma violenta, dentro de él se formo un ciclón de sentimientos. Se miraba al espejo y no se veía como era realmente, se veía horrible, se tocaba el cabello con ganas de sacarse los pelos a tirones, observaba sus ojos y deseaba que fueran como lo de su padre al menos así serían más placenteros de admirar, sus labios secos y agrietados debían ser desagradables de probar.

-¡Eres horrible! ¡Asqueroso! ¡Desagradable! . . .- el reflejo le lanzaba improperios uno tras otro. James se miraba intentando aguantar la mirada. Pero exploto, apretó los ojos con fuerza y grito de una forma tan desgarradora, que si no hubiera puesto un hechizo antes, sus padres hubieran subido corriendo a verle. El reflejo sonrió de forma cruel y se conformo satisfecho de haber cumplido su objetivo.

La vista de James so volvió borrosa, las sombras oscuras se movían de un lado a otro como grandes pájaros por el reflejo. Su respiración era irregular y descontinúa. No podía pasar por eso de nuevo, intento poner la mente en blanco, cerrarla de cualquier mal pensamiento. Pero no podía ignorar la falta de aire en sus pulmones, como si cualquier forma de recibir oxigeno estuviera siendo bloqueado por algo.

Las sombras que se veían en el espejo lo miraban atento y con ojos diabólicos, mientras que el reflejo, seguía mirándole de forma cruel y gritándole con voz venenosa.

-¡No te creo! ¡No creo nada de lo que dices! Teddy me ama, soy lo suficientemente bueno para el- James gritaba a todo pulmón, pero sus gritos fueron siendo ahogados por la voz del reflejo. Poco a poco los gritos desesperados de James fueron bajando de tono, hasta que se volvieron un suave susurro. Recupero la respiración, su reflejo no tenía esa mirada y no había sombras. Pero no era necesario que el espejo hablara para darse cuenta, de que tenía razón. El nunca sería suficiente para nadie.



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Helouu. Asi termina el primer capitulo de esta mini historia, que solo tiene tres capitulos, la verdad es que me dolio escribir esto, pero a la vez me saco un peso de encima. Espero que les haya gustado. 

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-Artie Black. 

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