Capítulo 1: Virshan

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Capítulo 1: Virshan

Londres, 9 de Enero del 2018.

Recogí mi cabello cobrizo en una coleta alta y me miré en el espejo. Mi reflejo se veía cansado debido a no haber dormido lo suficiente en las últimas semanas. Esto se debía por haber estado pensando demasiado en lo que iba a hacer; abandonar mis estudios en la universidad e irme a vivir lejos de la gran ciudad. Llevaba años queriéndolo hacer, sin embargo, hasta ese momento no me había sentido capaz de hacerlo.

No podía evitar sentirme mal por dejar atrás a las dos únicas personas que de verdad me importaban; mi tío Alan y a mi novio John. Ellos fueron los que estuvieron a mi lado desde que mis padres murieron, estuvieron ahí para levantarme cada vez que sentía que no tenía fuerzas para poder continuar y ahora yo les iba a abandonar. Pero era lo mejor para mí, necesitaba dejar Londres e irme a otra parte, daba igual donde, debía escapar de mi pasado.

Cada calle me recordaba a mis padres, me parecía ver sus rostros en desconocidos y empezaba a pensar que me estaba volviendo loca. Había llegado a un punto en el que me negaba a salir de casa y fue entonces cuando mi psicóloga me dijo que me vendría bien marcharme un tiempo, a un lugar donde nada se me hiciese familiar, a un lugar donde poder empezar de cero. No lo dudé mucho, según salí de su consulta y llegué a casa me puse a buscar lugares a los que podría mudarme, pero ninguno de ellos me llamaba la atención. Hasta que varios días después encontré una oferta de trabajo como camarera en un pequeño pueblo llamado Virshan, al instante el nombre del pueblo me llamó la atención y lo busqué en Google, y aunque no conseguí encontrar mucho de aquel pueblo, tan solo algunas fotos de su plaza, supe que aquel era el lugar al que debía mudarme. Me apunté a aquella oferta y comencé a buscar una habitación en la que poder mudarme ya que con mis pocos ahorros no me daba como para poder alquilarme una casa propia. Encontré una casa en la que alquilaban una habitación por un precio razonable, en la descripción decía que en aquella casa vivían tres personas más, para mí eso no era un problema y como el alquiler de la habitación no era muy elevado me puse en contacto con James, el chico que había colgado el anuncio. Me hizo mil preguntas de todo tipo hasta que al final se decidió por alquilarme aquella habitación.

Ahora solo faltaba una respuesta de la oferta de trabajo. Una semana después me llegó un correo electrónico, al parecer no me harían una entrevista ya que como en mi currículum había puesto que había estado trabajando durante dos veranos enteros como camarera les pareció que tenía la experiencia suficiente como para trabajar allí y me dieron el puesto de trabajo.

Cuando se lo conté a mi tío no pareció muy conforme ya que, según él, decía que me habían dado el trabajo porque seguramente nadie quisiera trabajar en aquel lugar y yo era la única candidata para el puesto. No me pareció un problema, ya tenía todo lo necesario para mudarme; trabajo y una habitación en la que poder dormir.

Empecé a organizar todo para poder mudarme, y tan solo tres días después aquí me encontraba con todo listo para marcharme del que un día había sido mi hogar, pero hacía muchos años que había dejado de sentirlo así.

Hacía cuatro años mis padres murieron en un accidente de coche cuando iban a recogerme al centro comercial donde me encontraba con John. Cuando me enteré de la noticia no podía creer que aquello fuera cierto, no lo creí hasta que vi sus cuerpos en la morgue. En aquel momento fui consciente de que mis padres habían muerto, y había sido por mi culpa. Si ese día no les hubiese pedido que me recogieran del centro comercial, no hubiesen cogido el coche para ir a por mí y a día de hoy seguirían vivos.

Después del accidente mi único pariente que me quedaba era mi tío Alan, el hermano menor de mi padre. Él decidió mudarse a la casa de mis padres para que yo no tuviera que abandonar mi hogar, aunque a ser sincera no creo que eso me ayudase mucho. Seguí viviendo en mi casa, pero ya nunca más vería a mamá haciendo mis galletas favoritas en la cocina, ni a papá en el garaje trasteando con cualquier cacharro que llamase su atención. Todo parecía seguir igual, pero ya nada lo era, todo había cambiado para siempre.

El secreto de Virshan © PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO Where stories live. Discover now