Lluvia (AU Moderno)

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[Rayla y Callum]

Rayla se encontraba fuera de la estación del metro.

Lo único que quería era regresar a casa, donde seguramente ya se encontraba Callum.

La escuela había estado muy pesada y del trabajo ni hablar. Su celular se habia quedado sin pila como para llamar a Callum o decirle que iba camino a la casa. Y parecía que el mundo había conspirado para hacerle pasar uno de los peores días de su vida...

Empezó a caer una fría lluvia con fuerza.

La cual no parecía que iba a cesar pronto. Pero Rayla no tenía el coraje suficiente para quedarse hay parada esperando a que se calmara un poco.

Pero si decidía emprender marcha a la casa que tenía con Callum, se iba a mojar, y ella no era nada fanática de eso.

Y justamente, ningún vendedor o vendedora de paraguas paso por allí un solo momento. Todos los días las calles estaban infestadas de ellos, y cuando se necesitaban no estaban.

Rayla pensó un poco más y decidió que era mejor ir a su casa, aunque estuviera lloviendo. Saco una bolsa de plástico negra donde metió sus cuadernos y su celular, para que no se mojaran. La cerró con un buen nudo, la puso bocabajo en su mochila, se subió el gorro de su chaqueta y empezó a caminar.

Callum y Rayla ahora estaban viviendo en una pequeña casa a las afueras de la ciudad, un poco adentrada en el bosque. Una vez que Rayla saliera de la ciudad entraría a un gran campo que separaba la ciudad del bosque, después entraría al bosque y debería avanzar un poco más para llegar a su casa.

Rayla trataba de caminar bajo las grandes sombrillas que ponían afuera de los negocios, pero aún así no faltó mucho para que su ropa estuviera empapada y su cabello empezara a gotear.

Al parecer, llegaría a la casa totalmente mojada. Ya que estaba lloviendo tan fuerte que ni entrar al bosque le daría un pequeño respiro y le permitiría, al menos, que su ropa dejara de gotear. Pues seguramente la lluvia ya había sobrepasado las hojas de los árboles.

Decidió mejor no pensar en eso, y pensar mejor en Callum abrazandola y dándole calor mientras se contaban como les había ido en la escuela y en el trabajo a ambos.

Ese pequeño pensamiento hizo que acelerara el paso con la motivación de ver a Callum. Sin embargo, la lluvia también aceleró la fuerza con la que caía, y Rayla agradeció no haberse quedado más tiempo en la estación del metro.

Llego un momento en el que Rayla doblo una esquina y pudo ver el extenso y lindo campo abierto que daba al bosque, ya casi salía de ciudad. Aunque aún le quedaban unas cuantas calles por recorrer para poder llegar.

Pronto el gorro de su chaqueta no fue suficiente para contener el agua y le fue cayendo en los ojos, obligándola a cerrarlos. Cosa que a primera instancia no le agrado a Rayla, pero simplemente no lo pudo evitar.

Ahora estaba caminando a ciegas. Pero, extrañamente, tuvo la suerte de no chocar con nada ni con nadie. Le entraban las ganas de abrir los ojos, pero no la fuerza para hacerlo. Asi que siguió caminando así, guiandose con el bullicio que hacia la poca gente que seguia en las calles, los típicos ruidos de los autos y de personas cerrando sus negocios.

Pronto todo ese ruido se fue atenuando lentamente, y Rayla sintió el viento pegarle con más fuerza. Sus mejillas se entumecían y sus párpados de alguna manera se sentían cansados, no de sueño, simplemente por el esfuerzo de cerrarlos con fuerza. Y también sintió el suelo suave y mojado cubierto de pasto debajo de sus pies.

Trato de no emocionarse mucho al saber que ya había llegado al campo que separaba la ciudad del bosque, aunque si se relajó un poco. Camino con un poco más de lentitud, ya que, como estaba en espacio abierto, la lluvia caía más libremente, cerró los ojos con más fuerza y trato de respirar aire y no agua.

El agua ya se le había metido a los zapatos y a la ropa, pero la imagen de Callum en su cabeza no se borraba. Camino y camino, cada vez más desesperada por llegar con el, sus ojos seguían sellados como hace un rato.

Pero, de repente, algo cambió.

El pequeño ruido que hacían las gotas de lluvia al caer contra su chaqueta cesó. Su ropa y cabello dejaron de gotear y sus párpados se tranquilizaron notablemente.

"¿Habrá dejado de llover?... No." se dijo así misma aun pudiendo escuchar a la distancia las gotas golpear los edificios.

Tímidamente abrió los ojos, solo para ver a Callum frente a ella con una linda sonrisa en su rostro y sujetandole un paraguas encima.

Tenia las puntas de su pantalon mojadas, al igual que sus zapatos. Además, de que iba algo "abrigado", con su bufanda y su chaqueta, aunque la bufanda nunca se la quitaba.

—Vaya, si que te gano la lluvia— le dijo Callum.

—¿Disfrutas burlarte? A diferencia de mi, tú estás completamente seco— dijo ella con sarcasmo y una sonrisa.

—Bueno, en eso tienes razón— dijo el acercándose a ella para cubrirla un poco más con el paraguas.

—Aunque, ¿te digo algo? No fuiste para nada oportuno. Pudiste haberme venido a buscar en la estación del metro— dijo ella haciendo un puchero y apartando la mirada.

—En eso también tienes razón, pude haber sido más oportuno. Pero, también gano un punto extra, pues no me enviaste un mensaje de texto ni nada— dijo Callum y Rayla rodo los ojos.

—Perdón, mi teléfono se murió— dijo ella riendo.

—Aunque no se para que traje el paraguas, no puedes estar más mojada y yo estoy solo un poco más seco— Callum se río nerviosamente.

—Bueno, al menos estas aquí— dijo Rayla acercándose a Callum y tomando también el paraguas para que ambos pudieran seguir un poco secos.

—Lo siento— le dijo el con una sonrisa avergonzada.

—Tú tranquilo— dijo Rayla pasándose la manga de su chaqueta por la nariz.

—¿Tienes frío?

—Esa es una pregunta tonta, mi tonto humano. Pero sí, me estoy muriendo de frío.

Callum le entregó el paraguas a Rayla y se quitó la bufanda, que era de las pocas prendas que traía puestas que seguían completamente secas. Con algo de cuidado, se la puso a Rayla para después tomarla de la cintura y acercarla a él.

—Yo te puedo dar algo de calor— dijo Callum cerrando sus ojos y juntando su frente con la de Rayla, para después besarla.

Lo cual fue muy reconfortante para ambos. Pues, en efecto, se estaban dando calor, y se sentía muy bien. Su aliento chocaba con la piel del otro empañandola, sus labios tocándose entre sí y el latido de ambos en el mismo sentido.

De repente, Rayla soltó el paraguas, para poder acercar más a Callum hacía ella. Pero al darse cuenta de que se estaba mojando se separó.

—Lo siento— dijo ella rápidamente— Sólo déjame agarrarlo de nuevo.

—No— dijo Callum evitando que Rayla se moviera.

—Pero... te estás mojando— dijo ella confundida.

—Lo sé, pero me estoy mojando junto a ti— dijo Callum suavemente para volver a fundir sus labios con los de Rayla.

—Lo sé, pero me estoy mojando junto a ti— dijo Callum suavemente para volver a fundir sus labios con los de Rayla

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~°•One-Shots Rayllum•°~Where stories live. Discover now