Por dios. ¿Como es que terminamos hablando sobre penes ficticios — en fin, la cosa se puso buena cuando de repente aparece una mujer, resulta que era la novia.

Louis abrió la boca dramáticamente. Me imaginé las caricaturas donde el personaje literal se le caía la mandíbula.

— La fueses invitado a un trío— sonríe. 

Le di un golpe en el brazo y le di un mordisco a mi sándwich, los sabores fueron explosivos en mi boca y fue delicioso ya que abrió más mi apetito.

En eso la campana de la puerta sonó y eso avisaba que un cliente había entrado pero cuando observé me sorprendió ver a un hombre cargar un ramo de rosas rojas.

—Busco a Grecia Jhonson.

—Soy yo— dejo el sándwich a un lado y se me acercó. El hombre deja las rosas sobre la mesa y me entrega un papel el cual firmó. 

Observo a Louis y tomó la carta que esta sobre las rosas.

"No puedo dejar de pensar en ti y es tonto por que no debería. Solo quiero que me perdones y que me des la oportunidad de que me escuches".

Jax Mason.

Un mensaje llegó a mi celular y era un mensaje de Instagram  de Jax.

Te veo esta tarde en la playa. 

Y observando las rosas comencé a cuestionarme que hacer.

Ir o no ir.



La arena de la playa se metía entre los dedos de mis pies, me parecía delicioso sentir la calidez y suavidad de la arena. 

El sol estaba ocultándose, mi largo cabello estaba suelto y llevaba puesto unos shorts y la parte de arriba del traje de baño.

 
A estas horas la playa era cerrada pero al parecer hicieron una excepción para Jax y para mi.

Seriamos los únicos aquí.

A lo lejos observé una figura masculina de espaldas, no llevaba camisa pero sus shorts se movían al ritmo del viento al igual que su cabello negro como la densa noche.

Me detuve frente a él y me sonrió.

—No pensé que vendrías— paso la mano por su cabello y luego miró al mar.

El sonido de las olas chocando una con otras era placentero, al igual que el olor que emanaba el agua.

—Yo tampoco lo pensé —fui sincera.

—Tu padre dijo que eras muy terca, pero que si te enviaba rosas rojas ablandaría ese corazón de piedra que tienes.

—¿Hablaste con mi padre?— pregunté sorprendida.

—Eso no importa— se sentó en la arena. Justo donde el agua terminaba de llegar a la orilla mojando sus pies.

Lo imite y me senté justo a su lado.

Observé como el sol poco a poco bajaba, como ocultándose dentro del mar para que diera permiso a la noche de llegar.

El agua era iluminada por su brillo y era realmente hermosa.

Pero giré mi rostro para observar a Jax. 

Como había mucho viento, su cabello negro se movía hacía la izquierda, sus largas pestañas decoraban sus hermosos ojos de colores diferentes su rostro marcado como si se tratara de una obra hecha a mano. 

Pero se giró y nuestras miradas se encontraron.

—Me recuerdas a mi madre—dice.

—¿Por que?

—Eres hermosa igual a ella y tienes esa actitud de orgullo igual que ella, además ella al igual que tú amaba las rosas rojas. Por eso cada sábado le llevó una a su hogar.

Sabia que con hogar se refería al cementerio, su madre había muerto hace algún tiempo y sé que para él era algo fuerte todavía.

— Lo lamento mucho, Jax— él observa el agua la cual se refleja en sus ojos. Poco a poco el sol se fue ocultando hasta que la noche se hizo presente.

Sorbió su nariz y volvió su mirada a mi.

—Sé que algún día estaré con ella pero mientras pienso disfrutar mi vida —lame sus labios —quiero que me perdones, lo último que quiero es arruinar todo contigo.

—Jax— dije. No sabía que decir Jax sentía atracción por mi pero ¿yo por él?.

No lo sé.

Era lindo, guapo y además parecía ser una persona llena de misterios.

Los cuales quería averiguar.

—No tengo nada que perdonarte — le sonreí alzando un poco mis comisuras—así que no me pidas perdón.

—Grecia, ella y yo no tenemos relación alguna — me explica.

—No tienes por qué darme explicaciones, no somos nada. Eres libre al igual que yo. 

Entonces su mirada se desvió al mar, se levantó y me ofreció la mano.

—¿Quieres entrar conmigo al mar?— me pregunta.

La Oscuridad de Jax [1]✅Where stories live. Discover now