Capítulo 2

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Los primeros rayos del sol se hicieron notar en la habitación de la princesa. Los sonidos del movimiento afuera del cuarto la terminaron de despertar, y los toques en su puerta le quitaron la desorientación.

-Si.

Contestó sentándose sobre su cama. Aún tenia el atuendo del día anterior y no recordaba en que momento se acostó a dormir.

-Oye, no creo que debamos experimentar con llegar tarde.

Sonrió al ver a Musa sentándose junto a ella ofreciéndole una taza de café. Lo tomó con cuidado y observó a su amiga aún en pijama.

-Aún tienes tiempo de tomarte una ducha.

Fue lo que dijo antes de retirarse cerrando la puerta.

Musa generalmente no era tan cercana a Stella, pero pudo sentir esa desesperación de sentirse perseguida. Había muchas cosas que sentía al estar cerca de la princesa de Solaria, solo que prefirió ignorarlas para no tener hacer de eso un drama.

Al pasar al cuarto que compartía con Terra pudo verla ya poniéndose sus zapatos. Silenciosamente ambas congeniaron para que Musa se ausentara mientras el hada de tierra se desvistiera con más intimidad. Y desde la ultima vez que sintió la inseguridad de Terra al verla en ropa interior también decidió desvestirse a solas.

Solo faltaban quince minutos para salir hacia las clases cuando alguien tocó su puerta.

Aisha, quien estaba mas cerca, fue la que armó valor para abrir.

-¿Hola?

Saludó confundida a un guardia solariano.

-Buenos días señoritas. Hoy no habrá clases normales. Rosalind vendrá habitación por habitación para hablar con todos.

-De acuerdo. Gracias.

Ni siquiera tuvo que llamarlas, al darse vuelta todo el grupo estaba en la sala compartida mirándola.

-¿Y? ¿Quien era y que te dijo?

Habló Stella aún desarreglada y con la taza de cafe en la mano.

-Rosalind pasará por todas las habitaciones para hablar y no habrá clases.

Respondió extrañada mirando a sus amigas quienes estaban igual de sorprendidas. Un silencio inundó el lugar.

-Bueno.

Cortó el vacío la princesa.

-Me da más tiempo a bañarme. Y mientras menos salgamos de aquí será mejor.

Sentenció para irse hacia su habitación. Fue la mejor manera que pudo haber suavizado el ambiente y calmar a sus compañeras. Inconscientes, todas fueron cada uno a lo suyo luego de las palabras de Stella.

.

Y como si nada pasara ahí se encontraba. En su habitación -ahora sola ya que su compañera prefería dormir en el sillón antes que con ella- acomodando su ropa en la cama.

Ciertamente Beatrix había sufrido mucho últimamente. Detrás de su sonrisa maliciosa se escondía una adolescente de dieciséis años a la que cortaron la piel para neutralizar sus poderes, encerraron, y trataron de bruja malvada. Tal vez se mantenía cuerda porque pensaba que todo valió la pena. Rosalind ahora era la directora de la escuela Alfea junto a su padre adoptivo, tenía dos amigos en quienes confiar. ¿Si no porque la hubieran ayudado cuando Stella la empujó hacia la trampa de Dowling?

Sus compañeros de cuarto se alejaban de ella manteniéndose en la habitación más lejana. Solo salían a buscar una que otra cosa y permanecían juntos todo el tiempo por si a Beatrix se le ocurría algo.

Feel me MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora