XVII

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𝐋𝐀 𝐌𝐀𝐑𝐈𝐐𝐔𝐈𝐓𝐀 𝐀𝐋𝐓𝐄𝐑𝐀𝐃𝐀
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Actualidad.

Harry abrió los ojos y limpió sus mejillas rápidamente.

No se llevaba particularmente mal con Eleanor, pero tampoco tenía una amistad como la que él tenía con Gigi; se saludaban con la cabeza cuando se cruzaban y hablaban si solo era completamente necesario.

—Harry —la chica volvió a tocar, esta vez un poco molesta—, sé que estás aquí.

—¡Ya voy!

Se limpió la cara en el fregadero y luego revisó su apariencia en el espejo circular junto a la puerta antes de abrirla.

—Um, hola El... —la chica lo hizo a un lado y entró directamente—... eanor —frunció el ceño mientras ella se sentaba en sillón y él copiaba el gesto—. No es que me moleste tu presencia, pero, ¿qué haces aquí?

—Como dije, necesito hablar contigo... Es sobre Louis.

Sintió un peso en su estómago y asintió con nerviosismo. Pasó las manos por su cabello ahora suelto y esperó pacientemente a que la chica comenzara.

—Ayer casi terminamos —abrió los ojos con sorpresa e internamente se sintió algo feliz, sin embargo, no dejaba de preguntarse porqué Eleanor recurría a él, de todas las personas, así que le hizo saber sus pensamientos. Ella suspiró y lo miró con seriedad—. Principalmente fue por tu culpa.

Se ahogó con su propia saliva y tosió un poco.

—¿P-por mí? ¿Por qué?

—Oh, vamos, no te hagas el que no sabes —se cruzó de brazos y frunció—, te aprovechaste de que Louis estaba drogado y lo besaste sabiendo que estaba saliendo conmigo.

Harry la miró atónito unos segundos. Después de lo del sábado, pensó mejor las cosas y había llegado a la conclusión de que nunca se aprovechó de Louis porque él lo había besado, y cuando se dio cuenta que no era consciente de lo que hacía, lo llevó a su cama para que durmiera. Eso no era aprovecharse, ¿o sí?

—Eh, disculpa, pero yo nunca me aproveché de él...

—No nací ayer, Harry, ¿a caso lo drogaste apropósito?

—¡¿Qué?! ¡Claro que no, es mi mejor amigo! —frunció el ceño, severamente ofendido—, nunca le haría algo así a nadie. Además, él me besó a mí, no al revés.

—No estoy muy segura de eso —alzó una ceja—, mira, entiendo que tengas celos de nuestra relación y quieras tanto ser yo, como dijiste en tu estúpida canción, pero me parece que es un poco vergonzoso drogarlo para besarlo y después hacer una canción sobre mí...

—¡Que yo no lo drogué ni me aproveché de Louis, mierda! —se paró del sillón—. Y además, ¿cómo estás tan segura que la canción es para ti y que me gusta Louis?

—Porque eres demasiado obvio. Tal vez Louis sea no se dio cuenta antes por distraído, pero yo lo supe desde siempre —Eleanor también se paró, con una mueca arrogante y se acercó un pasó para dar unas palamaditas en su mejilla—, estás enfermo de envidia por ser yo, Harry, das pena —lo miró unos segundos e hizo uno un puchero sarcástico—. Eres demasisdo guapo, lástima que eres gay.

—No me gustan las etiquetas así que no las uses conmigo, Eleanor.

—Uy, la mariquita ya se alteró. Eres repugnante —dio un golpe más fuerte en su mejilla, sin llegar a ser una bofetada, pero si lo suficiente para que escociera un poco—. A Louis le das asco, ¿sabías?, me comentó que seguía siendo tu amigo por lástima.

¿Louis había dicho eso de él? No, el Louis que él conocía no diría eso... Aunque, ¿realmente conocía a Louis? Desde que empezó a salir con Eleanor y los amigos de la chica había cambiado muchísimo, ya no era el mismo de antes, y con lo que dijo en el McDonalds la semana anterior, no le sorprendería que Louis hablara de Harry con desagraso y repulsión.

Cerró los ojos con furia unos segundos y la miró con completo desagrado, se avergonzó por sus deseos pasados de ser ella, ya que en ese momento la quería lo más lejos posible.

Retiró la mano de su mejilla de forma brusca.

—Será mejor que te vayas, Eleanor.

—Como quieras —tomó su bolsó y se lo colgó al hombro, mirándolo con una sonrisa de superioridad—. Oh, casi lo olvido, ni Louis ni yo queremos cerca a un chupapija como tú, así que ya sabes, aléjate de nosotros y sigue escribiendo tus canciones de mierda.

Eleanor se fue después de pisotear el ya destrozado corazón de Harry.

A Harry nunca le afectó realmente lo que decían de él en secundaria y preparatoria por su preferencia en los chicos, ya que no le dio ese gusto a sus agresores, pero jura que las palabras de Eleanor se clavaron en él como una daga... no, como tres juntas.

Su estómago empezó a doler y las lágrimas bajaban por sí solas al tiempo que comenzaba a respirar de forma más agitada.

Y Harry lo intentó, pero realmente no pudo evitar el ataque de pánico que llegó después de esto.

Y Harry lo intentó, pero realmente no pudo evitar el ataque de pánico que llegó después de esto

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Diferente a la versión original, Eleanor no es un angelito.


Por cierto, me hice una cuenta en Instagram, por si la quieren seguir, el usuario es sweetferlss, no sé muy bien qué voy a subir ahí, ya voy a ir viendo :)

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