Después de más de un siglo Selt siente la presencia de su hermana Tanils, quien creyó muerta pero que ha regresado a cumplir con el mayor deseo de su madre la bruja oscura.
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No comprendo cómo llegue a este lugar. No sé dónde me encuentro.
La habitación es oscura y amplia. Una mujer embarazada grita desesperada.
Cinco personan con mantos negros rodean el pentagrama, una de ellas sostiene un enorme libro negro. Sé exactamente lo que ocurre. No sé quiénes son, tampoco me importa. Solo sé que los voy a detener antes de que la historia se repita.
Observo a esa mujer, atada a cadenas. Verla así hace que los recuerdos me ataquen; en ella se refleja el rostro de Mia, no puedo soportarlo.
El círculo de sangre se ha iniciado, y una sombra negra y diabólica hace acto de presencia. Nadie nota que estoy allí. La sombra se inclina sobre la mujer y pasa sus manos sobre el pronunciado abdomen. La mujer grita al contacto, de una manera desgarradora; de las manos de la sombra se desprende algo que no alcanzo a distinguir, solo veo cómo desaparece sobre la piel. Le hace algo a la criatura está en el vientre. Instintivamente dirijo todo mi poder hacia ella, y rompo la conexión entre el maléfico ser y el bebé. El vientre absorbe mis lazos de magia, al igual que los del demonio.
Pero aun con mi intervención, el ritual se lleva a cabo, solo que de una manera que no esperaba. La mujer queda inconsciente y la sombra desaparece.
Esta vez es diferente. Ella no muere.
Veo cómo todos parecen celebrar el triunfo de la formación de un lazo entre el demonio y nuestro mundo, y no puedo dejar de pensar en Mia y Sergio. A pesar de los años, ellos jamás se podrán borrar de mi mente.
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