El Retiro

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- Hola- susurro con una sonrisa de lado

- Hola- respondí

- Vaya, si que estas distinta – agradecí que la bulla en esta parte del lugar no se sintiera tan alta

- ¿bueno o malo?- respondí

- Bastante bueno, me gusta ese color- sonrió con picardía

- Vaya gracias- respondí

- ¿estás sola?-

- No, vine con las chicas

- ¿Dónde están que no las veo?- interrogo

- Me dijeron que venían, me adelante para ver si estaba Poncho y Koko

- Vaya, pues que coincidencia , andabas desaparecida

- Un poco – quitándole importancia - ¿y tú? –

- Yo también vine con unos amigos- me sonrió, mierda.

- Bueno creo que nos vemos después- dije sin saber que más decir

- No quieres unirte, va todos estamos en la parte de arriba del vip

- No creo que sea

- Acá estabas, te estamos buscando por todos lados –

- Ani- dije mirando a mis dos amigas que al fin llegaron

- Christian- chillaron las dos

- Hola hermosas- sonrió el aludido- que coincidencia

- Pues si, ¿estás solo?- pregunto inmediatamente Ani, el negó, sabíamos a quien se referían-

- No, justo le decía a Dulce que si se nos unían

- Si no creo que sea- empecé a decir yo pero me vi obligada a guardar silencio, cuando Maite hablo

- Sería genial, pero tendríamos que ir por los chicos que están arriba en el vip-

- Nosotros estamos arriba- mierda santa mierda-

- Ah entonces vamos- Anahí tomo del brazo a Christian y empezaron a caminar, yo me quedé un poco más atrás, "por favor que no este, por favor que no este" me repetía una y otra vez, cuando llegamos a la parte alta del lugar, nos acercamos a unas mesas cerca de una barra, para mi gran y hermosa suerte, porque claro justo hoy tenía que tocarme el premio gordo, el lugar que habían elegido Koko y Alfonso, estaba nada más y nada menos al lado del grupo de Christian, y si... estaba el ahí, conversando feliz de la vida con Alfonso. Estos son los momentos que uno dice, "tierra trágame". Cuando llegamos Anahí se fue junto a su novio y Maite al lado de Koko, Christian se quedó a mi lado, viendo directamente a su amigo quien no me quitaba los ojos de encima

- Parece que alguien se quedó prendado eh- susurro con una risa coqueta - ¿no vas a saludar?

- Yo, eh pues- me dio un ligero empujón, di dos pasos pero me pare en seco cuando vi que una pelinegra delgadísima le volteaba el rostro para que la mirara, ella le susurro algo al oído y el solo sonrió, no podía ser verdad, esa mujer, la misma del restaurante, estaba ahora con el acá;, me acomode al otro extremo de la mesa donde estábamos bajo la atenta mirada de todos- dejen de verme- susurro de mala gana, en ese momento Christopher se acercó a saludar a las chicas y a mí

- Hola- me dijo con una sonrisa coqueta

- Hola – dije al final de todos los saludos, él se acercó para darme un beso en la mejilla