Love me | Ámame

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Aunque Lan Wangji no tenía forma de saber los pensamientos de Wei Wuxian, el loto había estado en lo correcto al creer que este era su primer celo. Cuando había sido lanzado dentro de esa mazmorra solo, a pesar de que había estado consciente del extraño olor, le había tomado mucho tiempo el percatarse lo que le estaba sucediendo, que no estaba siendo envenenado o algo así.

Nunca había sentido sus hormonas de alfa con tal ímpetu. Lo más parecido fue en esa tarde en la biblioteca de Cloud Recesses en donde el más bajo lo había confundido y enfadado que realmente sintió su control flaquear, pero incluso así no era nada como esto y sacrificó gran parte de su energía y autocontrol en sólo intentar permanecer en calma.

Una tarea que se volvió insoportablemente complicada una vez que fue arrastrado por el pasillo hasta dentro de un cuarto con el discípulo de YunmengJiang.

En el segundo en que la esencia del omega llegó a su nariz, espesa y dulce como la miel, junto con leves rastros de canela, sintió tal urgencia del alfa en su interior que cuando fue lanzado al lugar y estrellado en el suelo, no tuvo más opción que permanecer allí, ya que el congelarse fue todo lo que pudo hacer para controlarse a sí mismo—cualquier movimiento que se hubiera permitido en ese primer instante habría estado en completa merced de sus instintos y hubiera ido a reclamar al vulnerable ser en la misma habitación.

La amenaza inicial de Wen Chao, o quizá promesa, de romper su otra pierna, quebrar sus brazos si no forzaba a Wei Wuxian... en esos primeros cegadores momentos, esas palabras casi no eran siquiera necesarias porque cada uno de sus instintos estaban gritándole para que tomara al omega y lo hiciera suyo.

Y tampoco ayudó que hubiera estado atraído al aroma del otro desde el comienzo. Desde esa primera vez que había pasado junto a él en Cloud Recesses, había habido algo de su perfume que se había estancado en él, aferrándose al interior de su nariz, maravillándolo de una manera que nunca había deseado o permitido de buena gana cuantificar.

Oler esa esencia en celo, mientras sus propias hormonas estaban abrumándolo a niveles sin precedentes... si hubiera tenido una pizca de menos auto control, estaba aterrorizado de pensar acerca de qué hubiera hecho en ese momento.

Afortunadamente, fue capaz de tomar unas profundas respiraciones y batallar para detener su urgencia, como peleando contra una ola de nausea, la cual le permitió el moverse lo suficiente para sentarse en la esquina de la habitación. El nuevo sitio no le otorgó ningún alivio del aroma que se le hacía agua la boca, pero al menos le daba una posición más reconfortante en la que permanecer.

Y francamente, era todo lo que podía hacer. Cerró sus ojos y se enfocó en su respiración; pretendió que su miembro no estaba tan duro al punto de provocarle dolor físico, que un necesitado omega no estaba gimiendo y lloriqueando y masturbándose a tan sólo unos pies de él, y cuando sintió algo similar una inclinación hacia adelante, un movimiento minúsculo e involuntario, apretó sus puños y cerró sus ojos fuertemente y únicamente intentó seguir pretendiendo que estaba en cualquier lugar menos aquí.

Esa amenaza no significaba nada para él. Le dejaría al Wen romperle mil huesos si así lo complacía, no iba a atacar a cualquier omega, mucho menos a Wei Wuxian, de quien se preocupaba más de lo que podría admitir, incluso para sí mismo. Se resignaría a ser torturado cómo y cuánto tiempo fuera que Wen Chao viera conveniente siempre y cuando el discípulo Jiang estuviera a salvo.

Cuando el segundo maestro Wen irrumpió en la mazmorra para molestarlos, el látigo abriéndose paso contra su pierna lesionada atrayendo su atención inmediatamente de regreso al presente—no obstante las frenéticas hormonas alfa fueron dirigidas a otra dirección. El aroma de otro alfa en el lugar con su omega le atravesó con la fortaleza de una pared de ladrillos, y entonces hizo todo lo que pudo para no saltar con su cuerpo herido a través de la celda y despedazarlo miembro a miembro por atreverse a acercarse al omega en celo que sus instintos estaban prematuramente felices de reclamar como suyo.

The Beauty of Love As It Was Made To Be | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora