Capitulo 3 : Pesadilla

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Katara se despertó de madrugada debido a una de sus constantes pesadillas. Cada vez se hacían más largas y no sabía como pararlas. Siempre era la misma. Aang cayendo en el aire por el ataque de Azula. Cada vez que intentaba moverse su cuerpo no le dejaba y solo podía mirar como el chico del que estaba enamorada caía hasta chocar contra las duras piedras del suelo. Entonces Katara podía moverse y, corriendo, iba hacía Aang quién yacía completamente inmovil sin un atisbo de vida.

Se levantó de la cama y se limpió las perlas de sudor de su frente. Salió de la habitación y fue a por un vaso de agua a la cocina mientras intentaba recomponerse de la pesadilla.

Todo estaba en silencio. Eran las 2 de la mañana y todos ya estaban en sus respectivas habitaciones durmiendo, por lo que no había nadie con quién hablar. Katara suspiró, llenó el vaso de agua y le dio un trago. Realmente no quería volver a la cama. Aquella pesadillas le aterrorizaban hasta tal punto que odiaba la hora de irse a dormir.

Vació lo que quedaba de agua en el fregadero y subió de nuevo las escaleras dirección a su habitación cuando de repente, una idea le vino a la mente. "Podría ir a ver a Aang. Siempre me dice que si necesito hablar a cualquier hora que él estará ahí" pensó. No obstante, eran las 2 de la mañana y probablemente estuviera también dormido. Indecisa, giró los talones y se encaminó hasta la puerta que daba a la habitación del chico. Ahora solo tenía que llamar. Vaciló unos instantes pero finalmente dio unos pequeños golpecitos en la puerta, rogando que Aang estuviera despierto.

Por suerte, lo estaba. Al cabo de unos segundos el airbender le abrió la puerta con una cara más despierta de lo que esperaba. Al parecer se equivocaba y Aang, al igual que ella, no era capaz de conciliar el sueño.

- Hey Katara ¿Sucede algo? - preguntó algo preocupado
- Siento molestarte es que...me dijiste que cuando necesitara hablar contara contigo y...
- Hey, Claro. Pasa - respondió abriendo un poco más la puerta para dejar pasar a la morena. Una vez entró, cerró la puerta y se dirigió a la cama seguido de la morena - Cuentame, ¿Que sucede?
- Aang...no paro de tener pesadillas. Me aterrorizan y cada vez son más largas y no sé cómo hacer que paren. Tengo miedo de volverme a dormir porque sé que estarán ahí al acecho y...no sé Aang, estoy cansada. Quiero poder dormir bien pero no puedo - recitó mientras algunas lágrimas resbalaban por sus mejillas. El airbender al verla tan frágil, le limpió las lágrimas con sus pulgares y la fundió en un abrazo.
- No pasa nada Katara, suelen suceder. Seguro que con el tiempo irán acortandose hasta desaparecer. - le acarició la espalda y se separó un poco de ella para mirarla a los ojos todavía vidriosos. - ¿Quieres contarme de que va la pesadilla? - No quería obligarla a contar nada que no quisiera. Las pesadillas solían alimentarse de los miedos más profundos de las personas y, aunque fuera su novia, no tenía por qué contarle dichas cosas.
- Era...el día en el que Azula te disparó con el rayo.
- Oh...kata...- comenzó, pero, al ver que su novia volvía a llorar la volvió a abrazar. Esta vez más fuerte intentándole hacer entender de que estaba ahí con ella y de que no se iba a ninguna parte.
- Siento que hayas tenido que vivir eso y ahora tengas esas pesadillas, de verdad. Pero ahora estoy bien. Me salvaste ¿ves? - dijo volviendo a separarla de él y apartándole un pequeño mechón castaño que acariciaba su mejilla. Cogió su mentón y la hizo mirarle - Estoy aquí y nada ni nadie me separará de ti otra vez. Te lo prometo. No me voy a ir a ningún lado - Entonces, Katara se inclinó hacia él y acercándolo a ella del cuello le dio un suave beso en los labios el cual el avatar respondió.

Aang sabía que ese día les había creado un trauma a ambos y una parte de él se odiaba por haber hecho daño de esa forma a Katara. Si no hubiera intentado olvidarse de su atracción terrenal no hubiera pasado eso. No obstante, sabía que cuando lo hizo, pensaba que era lo mejor, que era la mejor forma de salir ilesos de esa batalla. Que iluso fue.

Cuando Katara le acercó más a ella y le besó, él rápidamente le correspondió intentando hacerle ver que estaba ahí con ella. Que la quería y que lo sentía. Nunca se perdonaría por las veces que la hizo daño. La amaba y quería demostrarselo.

Ambos se quedaron absortos en los labios del otro. Todo su alrededor parecía desaparecer dejándolos solos. El uno con el otro unidos por un beso.

Se tumbaron en la cama sin despegar los labios el uno del otro y entrelazaron sus piernas. Solo se separaban para poder coger un poco de aire y luego, volvían a fundirse en un beso que poco a poco iba cogiendo fuerza y pasión. Sabían que no podían llegar muy lejos pero en ese momento se necesitaban. Necesitaban hacer saber al otro que era suyo, que estaban ahí y que lo amaban. No importaba el resto de mundo. Ahora a Katara solo le importaba Aang y al avatar solo le importaba la preciosa waterbender.

Así pasaron el resto de la noche. Entre besos y caricias se mantuvieron despiertos, mientras la luna poco a poco iba perdiendo fuerza y dejaba paso a un radiante sol.

AdulthoodWhere stories live. Discover now