El hijo de todos los mundos

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- ¿Y crees que eso es correcto? - pregunté, apoyándome en la puerta del baño mientras la observaba cepillarse los dientes.

- Ah Lauren, no seas cínica. - murmuró, lanzándome una mirada mortal por el espejo.

- Vale. - me rendí. - Dime que, al menos, fue una buena apuesta.

- No lo entenderías. - una risa resonó y sentí un escalofrío.

- Espera, no has apostado mi auto, ¿verdad? - Me llevé la mano al pecho con los ojos muy abiertos.

- Incluso si quisiera, sé que me matarías. - respondió por el pensamiento.

- Me alegra que lo sepas. - gruñí, cruzando los brazos sobre el pecho. - Entonces, ¿Qué? ¿Comida?

- Cuando llegue el momento lo sabrás, ¡así que más vale que ganes!

Me encogí de hombros y me di por vencido, dándole la espalda y entrando en el armario en busca de la ropa más cálida y cómoda que hubiera. Aunque Camila era su propia fuente de calor, no me gustaba dejarla salir al frío de Canadá sin abrigarse, especialmente ahora.

- Hablando de comida... - escuché su voz y pronto me reí.

- Sí, Camz. Pasaremos por la cafetería.

Un pequeño grito resonó en la habitación y me reí otra vez, volviendo a donde estaba y ayudándola a vestirse.

- ¿Ya le alimentaste a tu hijo? - preguntó Camila mientras le ajustaba una gorra en la cabeza.

- Ya te dije que pasaremos por la cafetería. - dije.

- No, Lauren. - me regañó, mirándome severamente. - ¡Tu otro hijo!

Ella lo negó con la cabeza y cruzó la habitación, recogiendo la comida de Spike del armario y llamando al cachorro.

- Tu madre quiere matarte de hambre, bebé. - dijo mientras acariciaba el pelo amarillo del perro. - ¿Crees que nos está engañando? Lo sé, yo también lo creo.

Puse los ojos en blanco ante la frase repetitiva de la latina. Esas hormonas que le causan inseguridad todavía me volverían loca.

- ¿Crees que te engañaría en los tres minutos que uso para ir al baño sin ti? - Lo desdeñé. - Lo siento, amor. Iba a darle de comer antes de salir de la habitación.

- No lo dejaré aquí, Lauren. - dijo rápidamente, ignorando mi primera frase. - Siéntate ahí y espera a que coma.

Resoplé mientras me cruzaba de brazos, haciendo lo que se me fue ordenado y sentándome en la cama.

¡Llegaremos tarde por culpa de ese pulgoso!

- ¡Lauren Michelle! - Camila me fulminó con la mirada cuando escuchó mi pensamiento.

Suspiré profundamente.

- Lo siento. - murmuré, extendiendo la mano para tirarla por la cintura hasta que se sentó en mi regazo. - Esperaré al pulgoso.

-Lauren... - lloriqueó, mirándome con esos ojitos brillantes.

Camila era como una bomba últimamente. En un momento estaba a punto de explotar, al siguiente estaba llorando, luego sonreía demasiado o se excitaba al extremo. Me estoy volviendo loca... era de esperarse que quisiera relajarme aunque fuera en un juego.

- Spike. - me corregí, viéndola sonreír en aprobación. - Qué prometida más difícil la que tengo. - negué con la cabeza bromeando.

- ¿Quieres cambiar? - preguntó, mirándome seriamente. - Todavía hay tiempo para volver atrás con la boda.

Ice And Fire - 2 TEMPORADA (traducción)Onde histórias criam vida. Descubra agora