Capítulo 1

22 0 0
                                    

Hoy es mi 17 cumpleaños.

¡Ay, no me he presentado! Soy Carla, Carla Mondéjar. Soy bastante alta y tengo una melena morena y ondulada, ojos grandes y oscuros. Muchas personas me consideran una chica guapa y risueña.

Mis amigas dicen que soy muy indecisa y empanada de la vida, que parece que estoy enamorada todo el tiempo, pero de momento no es así...

Hablando de ellas, las estoy viendo desde mi ventana, vienen hacia mi casa con un paquete en la mano.

Mis amigas son un poco extrañas, no se suelen maquillar y le encanta vestir “perro-flauta”, un estilo que es cómodo y que no hace falta que tenga que ser la última moda, pero tampoco es muy dejado. No hay un día en el que no se pongan a hacer tonterías por la calle, sin importarles nada ni lo que piense nadie ya que todo el mundo ya sabe como son, somos. No tenemos fecha ni nos pasamos el día diciéndonos tequiero, tampoco abrazándonos. Ahora que lo pienso, pocas veces nos hemos dado besos... Eso es lo que las hace diferentes. La verdad es que no saben consolar muy bien, y se ríen por todo y de todo el mundo, hasta de ellas mismas. A veces pienso que vivimos más en nuestro mundo de la imaginación que en la realidad.

Son sencillas (cada una con su estilo), sinceras y bastante movidas. Tienen que probarlo todo, desde poner cereales en un cubo hasta ponerse a hacer la croqueta en las rampas de la calle.

Tenemos más planes de futuro y más amores platónicos de lo que creo que se pueden tener, pero a nosotras no nos gusta llamarlos “platónicos”, ya que al fin y al cabo, esa palabra ya da a entender que no vamos a conseguir lo que queremos, y hasta que no lo intentemos, no lo sabremos.

Pero sobretodo saben lo que quieren, y van a luchar por ello hasta que lo consigan. Y por eso las quiero.

Era mi decimoséptimo cumpleaños, y supuestamente el paquete que llevaban entre sus manos era para mí.

Entraron y gritaron todas a la vez FELICIDADES, y comenzaron a cantar la típica canción de cumpleaños. Fue bastante incómodo, ya que mientras te cantan la canción no sabes que hacer (creo que esa fue una de las razones por as cuales lo hicieron). Al acabar nos reímos todas. Solíamos reír muy a menudo, éramos muy alegres.

-Muchas gracias- dije yo bastante ruborizada.

-Por estos gallos que soltamos mientras cantamos será la razón por la que nunca podremos ir a viajar a través del mundo juntas de gira-soltó Elisa.

-¡¿VEIS?!, sería una magnífica idea viajar por el mundo, juntas, visitando ciudades, conociendo a chicos...- exclamó Mara.

-Que pesada con eso,hasta que no lo consigamos no te callaras, eh-cortó Abril a Mara, ya que todas estábamos hartas de que Mara lo repitiera cada día... Aun así todas reímos.

-Bueno chicas os recuerdo que es mi cumpleaños-recordé yo reclamando un poco de atención.

-Ah sí sí sí, aquí tienes tu regalo-dijeron, mientras me acercaban el obsequio.

No me esperaba gran cosa, ya que normalmente los regalos que nos hacíamos entre nosotras eran para hacernos reír o cualquier tontería, que recordáramos toda la vida (como el tanga rosa que Elisa aún tenía guardado).

Cuando abrí el paquete me encontré el famoso disco de “One direction- Midnight memories”, que tantas indirectas había mandado de que lo quería, y también una bandera que no había visto en mi vida.

-¡¿Qué?! ¿Te gusta?- gritó Abril. Era bastante normal que ella gritara, se emocionaba muy fácilmente.

-Clarpo, ¡Me encanta!, pero no entiendo eso de la bandera- reí por lo bajo.

-Es la bandera de Los Ángeles-exclamaron todas a la vez.

-Es muy bonita, però ¿A qué viene esto?-dije yo sin sonar grosera.

Hubo unos segundos de silencio, cada una estaba inmersa en sus pensamientos “disimulando”, hasta que Mara soltó:

-¡NOS VAMOS A LOS ÁNGELES!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 07, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dreams come true, maybe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora