Por primera vez estuve de acuerdo, Harry necesitaba un poco de paz, necesitaba crecer sin una historia tan trágica. Alguno de todos en la familia merecía un final no tan triste.

—Claro que sí—tomé uno de los que había y se lo entregué.

Seguimos comiendo los tres, con Arthur metido en su lectura. Seguramente vendría en unos minutos y no quería presionarlo.

—Thomas vendrá a visitarnos—dijo Timothée, sonreí levemente ante la noticia.

Harry festejó por volver a ver su primo, preguntando cuando llegaría y por cuanto tiempo.

—Llegará para el cumpleaños de Elizabeth y no sé cuantos días estará aquí—le respondió. El menor asintió atentamente, pensó un momento y volvió a hablar.

—Cuando vayas a vivir a Londres, ¿nos visitarás?—la voz de Harry volvió a hacerse escuchar. Su pregunta estaba dirigida a mi en especifico.

—Si, vendré siempre que pueda a verte a ti, y a nuestro hermano—le aseguré, tomé uno de los sándwiches y lo mordí, no quería pensar en eso ahora. El resultado de mi examen llegaría cerca de Navidad, por lo que tenía un poco de miedo y ningún otro plan de respaldo. 

— ¿Segura? —volvió a insistir, a lo que yo asentí mirándole—. Thomas no nos visita muy seguido.

—Thomas es nuestro primo, yo soy tu hermana—le recordé. En mi opinión nuestro vínculo era más fuerte.

—Está bien, pero debes prometerlo—su mirada tan intensa me ponía nerviosa. Era ocho años menor, pero lograba intimidarme.

—Lo prometo, te visitaré tan seguido que no te darás cuenta de que me he ido.

Sonrió satisfecho ante mi respuesta. Parecía que era lo que buscaba. Arthur se acercó a comer con nosotros. Y ver la situación completa me hizo sentir algo de pena por nosotros, porque estábamos allí sentados, teniendo un pícnic, pretendiendo que nada sucedió. Como si fuese posible.

Al regresar a la casa me sentí un poco más aliviada poque sabía que mis hermanos estaban bien, me quitaba un peso de encima. Deje que Timothée se fuese a dar un baño, le dije que hablaría con mis tíos para ir a ver a Matthew, entonces fue cuando me dirigí a la oficina de mi tío Charles, encontrando con que no había nadie dentro.

Dudé un poco sobre que debería hacer, aún no era de noche y podría solicitar a través de una llamada a la comisaría ver a Matthew. Sentí que ese era el momento, antes de dudar caminé hasta el tubo de telefóno y lo levanté, marqué el número y esperé.

Escuché el típico saludo del oficial, así que tomé aire para hablar.

—Quería solicitar una visita a Matthew Larson—dije con seguridad, si quería que me lo den no debía parecer débil.

—Por el momento las visitas no están disponibles a menos que tenga autorización.

Suspiré sin saber que hacer, me sentía un poco perdida porque jamás había hecho algo así. Y claro que no, nunca nadie que conociera había sido encarcelado.

— ¿Podría hablar con el oficial Jink? —fue la única opción en la que pensé—, por favor.

— ¿Quién lo solicita?

—Elizabeth Bennet, hija de Mortimer Bennet y sobrina de Charles Shepard.

No solía usar los nombres de mis allegados a menos que sea urgente. Al ser una de las familias más adineradas de la zona se entendía como importante y nombrar a aquellos dos nombres parecía abrir caminos.

𝐄𝐋 𝐇𝐔𝐄𝐒𝐏𝐄𝐃 || timothée chalametWhere stories live. Discover now