-- Gracias, madre --sonrió Max.

Max estaba muy unido a la familia; trabajó para Victoria durante mucho tiempo, y no tenía madre; ella se convirtió felizmente en eso para él y más tarde, conoció a María cuando ella comenzó a modelar para su madre y se deslumbró a primera vista. Cuando no estaban en el lugar de trabajo, ella era mamá.

-- ¿Dónde está Fer? --Heriberto miró a su alrededor ya que estaban casi listos para partir.

-- Tu conoces a tu hija, ella tarda más que María y yo juntas --ella lo rechazó.

Él puso los ojos en blanco.

-- Estoy aquí. -- La adolescente más joven bajó con un vestido negro muy corto, llevaba pequeños tacones negros y medias de rejilla.

La niña era algo rebelde cuando no estaba en la escuela, con su uniforme y estaba ansiosa por usar su ropa habitual una vez que se graduara por completo.

-- Fernanda, te dije que te taparas un poco más --le murmuró Victoria.

-- Ma, no te preocupes por eso --la adolescente puso los ojos en blanco.

-- Fer --María dijo su nombre, lo que le permitió no hablar con actitud a su madre, ya que se sabía que era una niña de papá.

-- ¡Pa! --la niña gimió mientras se agarraba a su brazo.

-- No quiero tener que esperar más para que ella encuentre algo para ponerse, Victoria, por favor, vámonos --encabezó la salida, agarrando el abrigo de su esposa al salir.

Cuando el grupo salió de la casa, Heriberto fue por último, solo para asegurarse de que la puerta estuviera cerrada.

Fácilmente, el grupo se disolvió en dos vehículos, María y Max en su deportivo y Victoria, Fernanda y Heriberto en el de ellos.

-- ¿A dónde vamos? --Fernanda preguntó.

-- Solo para almorzar y luego podemos decidir --aseguró Victoria mientras se acomodaba en el asiento delantero.

-- ¿No lo hicimos anoche para cenar? Qué aburrido --se quejó.

Heriberto pronto se unió a ellos y se subió al lado del conductor.

-- ¿Hay algo que prefieras hacer? --Victoria continuó.

-- Puedo encontrarme con Gaby --aseguró la chica.

-- Hoy no --interceptó a las dos mujeres. -- Fer, o almuerzas con nosotros o te quedas en casa. --

-- Heriberto, cálmate --Victoria le puso la mano sobre el antebraz. -- Es joven, ahora mismo no lo entiende. --

-- Si María preguntara, la dejarías ir. --

-- Eso es porque sabemos a dónde va. Ella siempre está con Max y Max suele ser el que pregunta... Además de eso, tu hermana trabaja muy duro entre la escuela y el trabajo para mí. Ella se merece su descanso. --

-- ¿Y yo? --se preguntó.

-- Por supuesto que sí, pero no pasas tiempo con nosotros. Anoche te celebramos, así que no te importó. Pero hoy, estás pidiendo irte porque no quieres ser parte de lo que sea es. --

La adolescente puso los ojos en blanco.

-- Deja de explicar, Victoria, no es necesario. Somos adultos, ella es la niña y necesita escucharnos. --

La mujer mostró misericordia al levantar la mano.

El celular empezó a sonar.

-- ¿Tú o yo? --preguntó

Amor MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora