-"No Me Dejes Solo"-/kakuhidan/

capítulo 12

Meses transcurrían y esa mañana de gran calor, Hidan había sido encontrado por un grupo de personas, los cuales le hablaron sobre el Dios Jashin.

Ya con 13 años ellos lograron que el entre a su religión, adentrándose en la fe de Jashin, haciendo sacrificios, convirtiendo a un niño tierno e inocente, en un asesino sin piedad.

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12:00 de la noche, un símbolo echo con sangre en el suelo, 3 velas y una persona parada en el centro, dispuesta a lastimarse para tener pruebas sobre Jashin.

Decían que Jashin le daría la inmortalidad eterna a una sola persona, si le daba los sacrificios suficientes, pero nadie se había animado a hacer la prueba para  probar si realmente podia ser inmortal.

- Estoy listo.- hablaba para si mismo el Albino-

Hidan agarró la estaca y la Apoyo sobre su pecho donde se supone que esta su corazón, Este respiro hondo para empezar a clavar la estaca en su pecho lentamente...

- agh... duele...- se quejaba Hidan-

Grandes cantidades de sangre salían de su pecho, volvió a hacer la prueba en distintos puntos vitales de su cuerpo, pero nada paso, el dolor era insoportable pero al parecer realmente tenía la inmortalidad.

El se arriesgó a esto por la razón de que todos sus compañeros fueron asesinados, era el último creyente de Jashin existente.

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Abría los ojos con pesadez, esa noche llena de paz y tranquilidad con la persona que tiene grandes sentimientos hacia el, aunque el Albino aún no lo noté.

Se despertaba cara a cara con Kakuzu, Un sentimiento de curiosidad llegó al Albino, Era su oportunidad de  ver la cara del moreno.
Bajo poco a poco la máscara, disfrutando cada hermoso rasgo de el mayor, se detuvo mirando sus labios y sus mejillas cocidas con esos hilos...
Soltó un suspiro nervioso antes de acariciar sus labios y su rostro.

Su mano temblaba, su mirada bajo hacia el torso marcado de el mayor, de nuevo esa sensación volvía, Respiración Agitada, mariposas en la panza.

Parecía que su cuerpo se movía por si sólo, acaricio su pecho con delicadeza, tratando de no despertarlo, volvió su vista a los labios del contrario, ganas no le faltaban, sus sabios se separaban por centímetros, que en cualquier momento se romperían.
Un gran susto se pego el Albino al momento en el que kakuzu se acomodó para dormir más cómodo.
El chico sintió como su vida pasaba frente a sus ojos, si se despertaba, no sabía que iba a hacer.

- veo que ya despertaste.-

El cuerpo de Hidan se tenso aún seguía demasiado cerca de el mayor.

- S-si ya desperté...-

- Hidan.-

- Si?-

- Sal de enzima.-

El chico había olvidado por completo que estaba sentado sobre el.

- Oh, ah... si... pero estoy bien así.-

- Hidan.-

- Hay bien que ayer-

- Cállate.-

- como decía bien que ayer-

- Bien que ayer... parecias un niño de 2 años llorando.-

- Eso no es gracioso.- dijo para bajarse de el moreno-

- Ya Bájate.-

- Sabes... que quisiste decir con... - su corazón latía rápido y trataba de pensar si preguntarle o no - ...eso de, mi pequeño?...- dijo desviando la mirada-

Estaba rojo, que le diria? Soy la persona que te cuido como tenías 4 años y ahora estoy aquí a tu lado para seguir cuidandote...

-Yo bueno... - tocó su cara por los nervios notando que le faltaba su máscara.- Por que Me la quitaste Hidan?!-

- Sólo quería verte, nunca me dejas-

- Jamás lo pediste...-

- Es que me daba vergüenza!- dijo apretando los puños, sonrojado y enojado-

- Ya veo.-

- No respondiste a mi pregunta.-

- Puedes dormir esta noche con migo nuevamente si quieres...-

Estuvo a punto de decirle que le contesté nuevamente a la pregunta que el le había echo, pero no dejaría pasar tan gran oportunidad.

- Sabes mejor olvidalo.-

- ah bueno, si no quieres esta bien, volveré a dormir en el suelo-

- No, si quiero que duermas con migo.- dijo inflando sus cachetes-

- Deja de hacer eso, te ves demasiado lindo y tierno para ser tu.-

- ahora me dices que no soy lind- paro sus palabras para captar que el mayor le dijo que estaba lindo y tierno-

- Creo que deberías pensar un poco antes de hablar...-

- Esta bien Kakuzu-sempai- El albino tenía ganas de saber como reaccionaria su compañero si le decía así-

- basta. - dijo el moreno saliendo de la habitación, con un gran sonrojo-