T͜͡w͜͡e͜͡n͜͡t͜͡y͜͡ S͜͡o͜͡n͜͡g͜͡s͜͡-s͜͡h͜͡o͜͡t͜͡s͜͡ ❣︎

Brisé

— Además, él mencionó que tú maltrato fue de índole. . . sexual. — Dib abría más los ojos, no, no era ni cierto ni posible.

— Papá, yo te juro que. . .

— Aquí está — Interrumpió — Sábado, once con cuarenta. Mira, sólo hablamos.

Pasaban los minutos en la grabación, y las frases que escuchaba no podían más que sorprenderlo. . .

« ¿Le puedo confiar algo? Es que. . . Hace mucho que pasa algo, y no puedo hablarlo con alguien »

El Irken estaba recostado en la mesa de experimentos del científico, llegando a ser considerada incluso una pose coqueta.

« Claro, ¿qué pasa? »

Éste último mencionado sonrió por la comisura

« Que lindo es usted. Pues. . . Su hijo, ha estado, un poco explosivo estas semanas, y. . . ay Dios. Él. . . Me ha, pues, me ha lastimado. . . de la peor manera. » Dib cubría su boca semi abierta con su diestra, no, no podía creer lo que escuchaba y veía.

« ¿De qué manera, Zim? » Éste comenzaba a sollozar

« Pues. . . me, me quita la ropa muy bruscamente, aún cuando yo, yo no quiero nada, ¿sabe? Pensé que esperaríamos un poco más para. . . » Tragó saliva « para dar ese paso. Pero, al parecer él no pudo esperar » Emitió una leve risa, dándole un toque más de abuso psicológico, era como que le restaba importancia.

Pasaron minutos de silencio hasta que llegó el azabache a la escena. Membrana paró el vídeo y se giró a ver a su hijo, que ya derramaba lágrimas.

La vérité te déshabille

— Papá. . . Lo siento, siento haber. . .

— ¿Haber abusado de tu novio?

— ¡Yo no lo hice! — Retrocedió ya llorando, no lo creía, no lo creía ¡¿qué demonios planeaba Zim al poner uno en contra del otro?!

Ne monte plus les gens contre moi

— Papá, por favor, créeme. . . Yo no haría tal atrocidad — Mencionó palabra por palabra, arrodillándose de a poco, no tanto para que su padre creyera en él, sino que el dolor que sentía no podía mantenerlo de pie, quería sentir que alguien estaba ahí para ese momento de derrumbe.

J'essaie d'y croire

J'me voile sûrement la face

Pero la verdad es que su padre no podía terminar de creerle.

— Hijo. . . Ponte en mi lugar — Bajó hasta su altura, su descendiente tenía la mirada clavada en el piso. — Tú. . . Nunca te has caracterizado por estar cuerdo. . . — Levantaba la mirada, pero al escuchar ésto último, parpadeó repetidas veces y arqueó las cejas, ¿era en serio? — Tenías una obsesión con él y decías que le querías sacar las tripas. . . Y esto — Alzó de nuevo su rostro, para verlo. — Yo lo puedo interpretar como que me quieres convencer de tu inocencia, hijo.

Dib trató de calmarse, su padre tenía buenos puntos, sin embargo, él. . . simplemente no había, ni hubiera podido hacer tal cosa.

— Papá. . . — Tomó de su mano, tal vez sentir la mano temblando de su hijo lo convencía de que decía la verdad. — No estoy loco.