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Cuarenta y cinco minutos han pasado desde que la clase comenzo.

Cuarenta y cinco minutos en los cuales nunca dejaste de fruncir el ceño.

Adoro cuando frunces el ceño.

Tus enormes cejas se juntan y te hacen ver tan sexy. Pero entonces, sacudes tu cabello flexionando tu brazo y dejando ver aquel perfecto músculo, al que te has encargado de darle forma.

Diablos ¿por qué eres tan condenada mente atractivo?

Como yo te veo; c.h.Where stories live. Discover now