Spencer, en voz baja, dijo—: Psicópatas.

—Ahora bien, Penélope....

—¡La mejor analista técnica del FBI! —le interrumpió Penélope.

—... será quien lea las preguntas que ustedes han hecho —Cassie tomó una bocanada de aire y llevo sus manos a su vientre de ocho meses—. Me canse de hablar —susurró viendo a Spencer, quien soltó una carcajada sin poder evitarlo.

—Penélope, evita las preguntas vergonzosas...

—¿Qué dices niño genio? ¡Son las mejores! —chilló con emoción.

Hizo sonar su garganta y leyó la primera pregunta.

¿Cómo fueron los días de Cassie luego de todo lo que pasó? Me refiero a, ¿pudo descansar?, ¿cómo llevó las pérdidas después de que todo termino?

Spencer ladeo una mueca viendo a Cassandra que golpeteo con cariño su vientre.

—Fue, complicado —respondió con sinceridad—. Realmente complicado —susurró—. Cuando regresé a Nueva York, creo que fue el momento más difícil porque me di cuenta que en realidad, habían asesinado a mi familia y... estaba sola.

Spencer entrelazo su mano con la de Cassie, quien ladeo una sonrisa.

—Se venían las fiestas decembrinas y... no tenía a mis hermanos llamando a cada hora para decirme que comprará juguetes de Star Wars —soltó una risita nostálgica y suspiró—. Sin embargo, con... con ayuda de Spencer y, bueno, de mis padrinos, de John, Elle y, en realidad, de todo el equipo de la BAU, logré salir adelante —dijo con una sonrisa—. JJ venía al menos dos veces al mes y Rossi hacía videollamadas conmigo a la hora de la cena, Hotch me mandaban mensajes para asegurarse de que me encontraba bien y Derek mandaba flores con notas realmente divertidas —dijo con una sonrisa—. Emily y Penélope me llamaban al despertar y antes de dormir e incluso Alex venía a tomar café y así —mostró una sonrisa y ladeo su cabeza viendo a Spencer—. Spence hacía todo lo que ellos pero al doble —susurró mirándolo con una gran sonrisa—. Venía a verme una vez a la semana, como lo prometió y respondía mis llamadas por la madrugada sólo para responder mis preguntas que surgían a medio sueño —mostró una mirada tierna.

—Estuve a nada de comprarme mi propio jet —bromeó, provocando que Cassandra soltará una risita.

—Lamentablemente, tras todo lo que sufrí, me di cuenta que no estaba sola, que no estoy sola y que, aunque, me encuentre en una habitación, eventualmente sola, hay alguien que se preocupa por mí —sonrió sin poder mostrar sus labios y suspiro—. Claro que, mentiría si digo que todos los días son perfectos, yo... tengo días malos, pero afortunadamente sé cómo hacer que esos días sean mejores y, no permito decaer porque, muchos han luchado por mí y es momento que luche ahora yo por mi misma y... por mi futuro bebé —dijo con una sonrisa.

—Eso fue bellísimo —sollozó Penélope—. Ay, tengo una horrible alergia —mintió.

—Sí, claro —susurró Spencer con ternura.

—¡Siguiente pregunta!

Habló con entusiasmo, para dejar de lado su sentimentalismo.

—¿Quién dio el primer paso en la relación?

Ambos se señalaron al mismo tiempo, provocando que Penélope (quién veía todo desde su computadora), comenzó a reír.

—¡Fuiste tú! —señaló con voz aguda Spencer.

—¡Claro que no fui yo! —chilló Cassie.

—Amor, tengo memoria eidética —le recordó con diversión Spencer, entonces, miro a la cámara y con rapidez comenzó a hablar—. Fue el día después a su cumpleaños número veinticuatro, nos encontrábamos en su departamento y le propuse tener una cita, por lo que subimos a la terraza. Me gusta la nieve, quería ver la nieve —se excusó alzando los hombros—. Y, ella me abrazo porque tenía frío...

𝐔𝐍𝐏𝐑𝐎𝐅𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍𝐀𝐋 (s. reid)Where stories live. Discover now