¿De qué eran esas marcas? ¿Estaba siendo violentado? ¿Quién era Jaehyun? ¿Era él el responsable? ¿Por qué le había preguntado todo eso con lágrimas en sus ojos? Su estómago se había encogido al oírlo hablar con tanto dolor.

Ahora mismo tenía un sinfín de preguntas, pero había una que lo estaba matando de curiosidad: ¿por qué demonios lo había besado con tanta tristeza?

[...]

La mañana llegó rápido. Chanyeol por supuesto había dormido en el sofá maldiciendo a nadie más que a sí mismo por haber actuado como un buen cristiano y haber prestado su cama a un pobre joven ebrio que lo había besado sin su consentimiento la noche anterior. Ahora sólo podía pensar en que su espalda dolía como el infierno y que debía estar loco como para traer a un ebrio desconocido a su casa. Al final, la pregunta que se hizo antes de dormir sólo pudo responderla después de pensar mucho sobre ello: obviamente Baekhyun había estado viendo en él a esa persona llamada Jaehyun y por eso había actuado como tal. Mientras cepillaba sus dientes, miraba su rostro en el espejo y llevó los ojos a sus labios, recordando.

-Jesús... deja de pensar en ello, deja de pensar en ello -murmuró mientras enjuagaba su boca.

Acomodó la corbata sobre su camisa y miró el reloj. Todavía le quedaba algo más de una hora y media, pero como el trabajador diligente que era, debía llegar temprano y sacar a ese chico pelirosado de su casa antes de irse, por supuesto que amablemente.

Entró a la habitación y el chico estaba durmiendo de costado. Su cabello fino y rosado como el chicle que a su hija le gustaba tanto masticar estaba esparcido por su rostro, despeinado. Sus pequeños labios resecos se veían pomposos y un tanto estirados, en una diminuta mueca. Su piel, ahora viéndolo de cerca y con la claridad del sol que estaba asomándose por la ventana, dejaba apreciar lo tersa y pálida que era.

Si Chanyeol no se hubiera tardado tanto en visualizar cada aspecto del rostro de Baekhyun, este no habría abierto los ojos casi intuyendo que estaba siendo observado como un bicho raro y dado un grito asustado que también asustó al mayor. Por supuesto, la sorpresa del pelirosa se debía a su mala memoria en conjunto con la resaca. Verdaderamente no entendía por qué diablos lo primero que veía en la mañana era el rostro del padre de Olivia.

-No seas tan escandaloso tan temprano por la mañana -regañó este, chasqueando la lengua.

-S-Señor Park -logró articular, sentándose sobre el colchón y apretando las sábanas con sus manos, confundido -¿Por qué estoy aquí? ¿Q-Qué pasó?

Chanyeol lo observó unos momentos.

-¿De verdad no recuerdas?

El joven negó frenéticamente con la cabeza, deteniendo el movimiento de inmediato cuando sintió esta doler. El de cabello marrón había pensado en decirle cada detalle de la noche anterior con sinceridad, desde que salieron del bar, cuando lo besó e incluso que por cederle la cama, ahora su espalda dolía. Sin embargo, notó al pelirosa tan cohibido y luciendo sumamente miserable que decidió no ser tan malvado y decir una palabra. De todos modos, ya era bastante vergonzoso, por lo que si el chico no lo recordaba era mejor y menos incómodo, aunque seguía pensando en que era injusto que sólo él tuviera que cargar con esos sucesos en su consciencia. Entonces suspiró.

-¿Te duele la cabeza? -preguntó, no esperando ninguna respuesta y buscando en los cajones de su mesa de noche algunos analgésicos -La resaca es demasiado molesta, así que toma esto -le pidió, tendiéndole algunas pastillas -Iré por un vaso de agua.

-Señor Park.

-¿Uhm?

-Yo, huh... no me ha dicho aún por qué estoy aquí -dijo, con las mejillas rojas.

𝑶𝒍𝒊𝒗𝒊𝒂 ➳ chanbaekWhere stories live. Discover now