❄Capítulo#10

97 22 69
                                    

Luka aferra con firmeza mi cintura impidiéndome dar ni un solo paso más.

Ten cuidado, maldita sea.
Fíjate por dónde vas.

Espeta irritado junto a mi oído mientras señala al suelo haciendo que mire en esa dirección.

¡Oh Dios!

Exclamo con horror al fijar mi vista en el pequeño animal que se retuerce incontrolablemente en un charco de sangre justo frente a mis pies.

Es un conejo silvestre.
Debe haber caído en alguna trampa.

Explica calmadamente aún sin soltarme cosa que agradezco porque la desagradable escena que se desarrolla frente a mis ojos me ha afectado en demasía.

La pobre criatura está tendida en un ángulo antinatural sobre la nieve y de no ser por el líquido carmín que sale a borbotones de su cuerpo sería prácticamente invisible debido a su claro pelaje.

Debemos hacer algo.

Murmuro por lo bajo saliendo de mi estupor mientras me alejo del agarre de Luka dando un paso en dirección al animal.

¿Qué estás haciendo?

Inquiere extrañado tirando de mi brazo.

Yo volteo a mirarlo.

Hay que intentar salvarlo.
Llevémoslo a casa.

Contesto decidida.

Él niega repetidas veces antes de contestar.

Es un caso perdido, Destiny.
Ya dalo por muerto y sigue tu camino.

Sus frías palabras se sienten como un puñetazo en mi estómago.

¿Eso fue lo que pensaste cuando me encontraste moribunda en la nieve?

Espeto sintiéndome realmente molesta.

Él aparta la vista y guarda silencio.

Yo bufo soltando mi brazo de su agarre con un tirón mientras me agacho en el suelo junto al animal.

Tranquilo pequeño, voy a ayudarte.

Susurro en un vano intento de calmar a la criatura mientras me dispongo a quitarme el abrigo pero Luka me lo impide.

¿Qué rayos crees qué haces, Destiny?
¡Te vas a helar!

Exclama con preocupación.
Yo ruedo los ojos.

Necesito envolverlo en algo para poder levantarlo.
Mi abrigo es todo lo que tengo.

Explico con obviedad.

Él solo niega y tras dejar salir un pesado suspiro se despoja de su abrigo y me lo ofrece para mi total asombro.

Ten el mío.

Ordena mientras me lo entrega.

Yo abro la boca para protestar pero él me interrumpe aún antes de que empiece a hablar.

Yo puedo tolerar el frío mucho mejor que tú.
No quiero que te enfermes por un jodido capricho.
No seas terca.

Masculla en un tono de voz que no admite réplicas así que decido muy a mi pesar hacerle caso.

Bien.

Replico a modo de respuesta mientras tomo la enorme y cálida prenda y envuelvo con cuidado y dificultad al pequeño conejo acercándolo a mi pecho antes de ponerme de pie con ayuda de Luka y emprender casi a la carrera y sin más dilaciones el camino de regreso a casa.

I Remember You © [En proceso]Where stories live. Discover now