18. Somewhere...

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Estoy sentada en una gelataria cerca de la Arena de de Verona

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Estoy sentada en una gelataria cerca de la Arena de de Verona. Lo escogí para mi primera parada porque me había gustado la película de Romeo y Julieta de Leonardo di Caprio. 

Ya que es un libro, no pongas los ojos en blanco y no seas pesado. 

Me pareció muy chula la idea de sentarme con un helado en forma de flor (lo preparan delante de ti) y escribir en mi libreta nueva. 

Solo que cuando abrí la primera página no se me ocurrió nada. 

Así que ya que llevo unas cuantas conversaciones contigo en mi cabeza, pensé que escribirte una carta era tan buena idea como cualquier otra, para llenar el papel en blanco. 

Además de esta forma puedo hablar sin que me interrumpas y eso, los dos lo sabemos, no me había pasado nunca.

Llevo tres días viajando. Cada uno de esos días, cada minuto y cada hora tuve la tentación de dar marcha atrás y volver a casa. 

Pero eso es un poco complicado cuando ni siquiera sabes dónde está tu casa.

Sé que piensas que tomé esta decisión de viajar a la ligera, pero antes consideré cada una de las opciones. No podía volver a Barcelona con mis padres, ni volver a Madrid y, desde luego, no quería volver a Ibiza. 

Tenía tanto miedo cuando me despedí de Barbara en la estación de Milán que me pasé temblando una hora, entre los temblores y el pelo de chiflada, la señora que tenía sentada enfrente según que pensó que estaba pasando por un síndrome de abstencia chungo. 

Lo gracioso es que probablemente lo estaba. Aunque no estoy del todo segura de qué era lo que me faltaba. 

Tenía tanto miedo de quedarme dormida y de que alguien me robase la mochila que me tomé tres cafés . Cuando tuve que ir al baño (consecuencia inevitable de los tres cafés) me la llevé conmigo pero es tan grande que no cabíamos las dos en el baño, así que tuve que hacerlo con ella encima. 

Fue un poco raro. Pero no importa. 

En la ventanilla veía pasar los nombres de las estaciones. Treviglio, Rovato, Brescia. 

Decidí que me pararía en la que me apeteciese primero. Al final me bajé en Verona. Por Di Caprio.

Leí la obra en el instituto, deja de meterte conmigo. Me juego lo que sea a que tú tampoco te la has leído. 

¿Sabes?, Siempre me pasó eso contigo. Había un montón de referencias que no entendía y bromas que no pillaba. Libros que no había leído y música que no había escuchado. 

No es que tú me hicieras sentir mal a propósito supongo, pero no podía entender cómo ibas a querer estar comigo que era tan poca cosa. 

Cambio de rumboWhere stories live. Discover now