1

604 177 274
                                    

6:00am
Lunes
Suena el despertador.

Nunca en mi vida había odiado tanto una melodía como la de Morning Flower. ¿Acaso la inventaron con el propósito de que la odien?, así como yo, imagino a miles de estudiantes maldiciendola por entrometerse en nuestros tan hermosos sueños.

En mi intento de levantarme lo único que logro es sacar un pie fuera de la cama, nunca he sido de las que se levantan con ánimos por la mañana. Duré un rato así hasta que salí de mi trance por unos ruidos detrás de mi puerta.

1 golpe, 2 golpes, 3 golpes, 10 gritos.

Sí, mi madre. Dígamos que ella es todo lo contrario a mí si se trata de ser activo por la mañana. Lo que sé de ella es que trabaja a tiempo completo como doctora en el hospital central, las pocas veces que la veo son en las mañanas —cuando su temperamento va a niveles inimaginables— antes de irme a la preparatoria, y por la noche cuando ella llega a dormir cansada por el largo trabajo.

En pocas palabras. Un ogro por la mañana, y un oso por la noche.

—Malle Hardy, levantate en este preciso instante si no quieres que derrumbe esta puerta a golpes —lo único que puedo imaginar en este momento es a un ogro romper la puerta de mi cuarto haciendo una entrada épica. Definitivamente, tengo que madurar

—Ya me levanté, mamá, estoy arreglandome —es lo único que se me ocurre decir para espantar al ogro— en un minuto estaré abajo.

Me debieron contratar para aparecer en National Geographic, yo mas que nadie sabe mantener en calma a bestias gigantes como a mi señora madre.

—Está bien, procura no tardarte que voy a irme más temprano hoy —dice en tono molesto y escuchó sus pasos alejarse.

6:13am

Me digno a levantarme de mi cama para ir directo al baño de mi habitación a cepillarme y lavarme la cara, me bañé en la madrugada así que solo sería cuestión de vestirme, arreglar mi bolso he irme a ese loquero al que llaman "preparatoria".

6:28am

A lo que termino de arreglarme abro la puerta de mi habitación para bajar las escaleras, cuando llego a la cocina lo primero que veo es a Asher —mi mejor amigo— recostado en la isla, hablando con mi madre de lo que parece ser los inicios de clase.

Asher podría ser lo mas cercano que hay en mi vida desde que tengo memoria, aparte de mi madre, desde aquélla vez que me levanté en esa clase de hospital todo ha sido muy confuso para mí, al igual que para él.

Al parecer tuvimos un accidente en auto, en el cual ambos aparecimos en el borde de un acantilado saliendo de la ciudad. Nos llevaron a cientos de medicos y psicólogos con el fin de recordar almenos una cosa de nuestra vida.

No recordamos nada, como si todo hubiera sido completamente borrado.

Nos dijeron que tomábamos clases en casa, y los únicos amigos que teníamos se distanciaron de nosotros hace mucho tiempo.

En conclusión, eramos unos asociales.

O almenos así era hasta que comenzamos a estudiar en la preparatoria pública de Skyndale desde hace 1 año. Cuando llegamos allí notamos la mirada de muchas personas hacía nosotros, y algunos murmullos como —¿De donde salieron estos chicos?, ¿Crees que vinieron de intercambio?—, y muchas cosas más con lo poco que llegamos a escuchar.

Como se podrán imaginar, nosotros como adolescentes, nuestro ego aumentó hasta la galaxia. Aunque no quitaba el hecho de que era sumamente incómodo sentirse tan observado.

RememberWhere stories live. Discover now