T͜͡w͜͡e͜͡n͜͡t͜͡y͜͡ S͜͡o͜͡n͜͡g͜͡s͜͡-s͜͡h͜͡o͜͡t͜͡s͜͡ ❣︎

Heart-Shaped Glasses

Dib quedó totalmente clavado con esta imagen, tanto por lo curioso de ésta como por qué en realidad. . . le quedaba muy bien.

Se adentró un poco más al recinto, sentandose en una mesa más o menos a lado del ser que llamaba su atención.

Zim no pudo evitar verlo, comenzando a echar vistazos cada cuanto, y a pesar de que el azabache no se atrevía a voltear totalmente como para notarlo, Zim jugueteaba con sus dedos al tiempo que su rostro se tornaban carmesí e intentaba captar su atención con leves movimientos.

Después de una hora sin hacer realmente nada, y con ese ambiente que les exigía voltear pero al mismo tiempo no, comenzó a descender la intensidad de la luz, y así la música subió y el atardecer se veía cada vez más próximo.

Hubo un punto en que, el Irken no despegó su mirada del azabache, que no daba la cuenta de ésto, así que, distraído y sin sentir la vista contraria, volteó completamente, parando con vergüenza a admirar el tierno rostro que el extraterrestre cargaba, era realmente una pena cuando alguien te descubre viéndolo, no supo qué hacer más que mantener la mirada.

Zim desvío la mirada un segundo, con una sonrisa. . . una que solamente mostraba sus labios, una que detonaba timidez, inocencia, pero a la vez, desespero.

Se acercó hasta el asiento contrario, y no dejaba de sonreírle

— Dib — Saludó ladeando muy leve su cabeza, amigable.

— . . . Hola Zim — Correspondió con duda, sonrojado intentando no verlo.

— ¿Por qué te notas tan tenso? — Intervino de pronto, haciendo más estrecha la cercanía.

— No estoy tenso.

— ¿Seguro? Se te nota a leguas — Exclamó y Dib hasta enderezó un poco más su postura a causa de la sorpresa, ¿Zim le hablaba con confianza? Pero no cualquier confianza, le resultaba atrayente, pero obviamente extraño.

— No creo estar tenso.

— ¿En serio? — Continuaba al tiempo que colocaba su silla atrás de la de el humano y se subía en esta para poder estar a su altura y superarle un poco, Dib no entendía está maniobra hasta que las manos del Irken, que ahora no estaban cubiertas por oscura tela, le hacían presión en los hombros y cuello, al mismo tiempo que ejercía caricias.

Primero sus sentidos saltaron ante los certeros masajes que el extraterrestre proveía, pero inevitablemente se dejó relajar.

— Sí estabas tenso — Susurró en un alrededor que era alumbrado únicamente por luces negras, el sol ya había caído y con él las luces que iluminaban todo el recinto.

— Sólo un poco. . . — Correspondió echando la cabeza un poco hacia la dirección de Zim, que no evitó la tentación de colar su mano entre los cabellos negros que desfilaban frente a él, al tiempo que después de jugar un poco se acercó para olfatear, esto causó gracia en el contrario.

Zim bajó y posicionó la silla de nuevo dónde iba

— Me voy. — Anunció sonriente, aunque la dicha del mas alto se volvió a desilusionar, le estaba gustando la compañía contraria, aunque se convenció que en realidad no haría lo que dijo cuando le guiñó el ojo y se dirigió a un pasillo donde se solía guardar algunas cosas del salón, incluso antes de sumergirse en esta esquina oscura y apartada, se giró un poco para ver al azabache, que le seguía atontado con la mirada, sonrió de lado, mostrando sus filosos dientes y se introdujo al lugar donde había carencia de luz.

Dib se levantó y lo siguió.

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Ambos habían estado distantes el uno del otro, ésta lejanía se vio justo cuando habían comenzado una relación más amigable, por lo que éste encuentro resultó mas que placentero, en todas los sentidos. . .